Medicamentos genéricos sí, pero de calidad. (Foto: Pixabay)
Medicamentos genéricos sí, pero de calidad. (Foto: Pixabay)

El uso de medicamentos genéricos, aquellos cuya patente (periodo de protección exclusiva) ha concluido, está ampliamente extendido en la población. Suscita preocupación comprobar que no todos los genéricos son iguales.

Por ello es necesario cautelar la eficacia, seguridad y calidad de estos, para que cumplan el objetivo de alivio y/o sanación para el cual son recetados y consumidos.

Para asegurar esto se requiere que sean bioequivalentes. Es decir, que los productos, preservando su forma y composición original (principio activo), sean intercambiables y mantengan todas sus propiedades para producir los mismos resultados terapéuticos que “el innovador”.

El “análisis de intercambiabilidad” permite comparar atributos de medicamentos genéricos con el llamado referente “innovador”, que, aunque tenga un origen distinto, se comprueba como un mecanismo de acción idéntico o muy similar. Este análisis garantiza la seguridad y eficacia de los medicamentos en beneficio del paciente.

El término “caro” no debe atribuirse únicamente en función del precio. Son “más caros” aquellos que no brindan a los pacientes resultados adecuados para la salud. El concepto debe comprender otros elementos: complicaciones asociadas a tratamientos ineficaces, costos de hospitalización, extensión del tratamiento, ausencia laboral, calidad de vida. El precio no es el único referente; la eficacia y la calidad son claves.

La regulación local, como ocurre en el mundo y la región (Chile, Brasil, Colombia), debe exigir la intercambiabilidad para garantizar en beneficio del paciente los mismos resultados terapéuticos del “innovador”.

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