(LuisCenturión/Perú21)
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El gobierno de Vizcarra no es de transición, como el de Paniagua, para llamar a elecciones. Vizcarra debe completar el mandato de PPK, “gobernar” y cumplir objetivos: buen manejo de la economía, eficiente inversión pública, promoción de inversión privada, reconstrucción a otra velocidad, e impulso de proyectos. No es un nuevo gobierno, es la continuación de Peruanos por el Kambio; por eso sorprendió a algunos la designación como premier de César Villanueva, impulsor de la renuncia.

A un presidente sin partido y con bancada pequeña no le queda más que tender puentes, sobre todo en el Congreso. Se requiere reconstruir la figura presidencial. PPK tenía 19% de aprobación, debe haberse ido con menos. Se espera una supuesta mejor relación con FP para la gobernabilidad. Parece que le otorgarán las facultades que solicite.

PPK se fue sin logros, el país no debe seguir parado. Lava Jato debe continuar la ruta de la justicia, pero la agenda país es más que eso. No hubo impacto en el mercado por relevo en la Presidencia, pero el país ya sufría los estragos económicos de la inestabilidad. El reto es revertir tendencia de bajo crecimiento.

El Gabinete Villanueva muestra caras poco conocidas: algunos con experiencia pública en segunda o tercera línea; “dícese” gabinete de trabajo y no de lujo. Hay inquietudes respecto de algunos ministros. Tendrá el beneficio de la duda.

El partido de gobierno debiera alinearse con Vizcarra porque la oposición será liderada por la izquierda. Está por verse la postura de Acuña, AP, APRA y los Avengers. Vizcarra tendrá una luna de miel razonable, pero la población exigirá resultados, ya que hay un nuevo presidente pero no un nuevo gobierno.