Economía Mundial: bien, pero con turbulencias y amenazas

La economía mundial ha venido creciendo a ritmo de 3.8%. Los analistas indican que la tendencia positiva continuaría, pero hay aspectos políticos y económicos que pueden afectar el pronóstico. Política y economía están interconectadas, y sus riesgos están asociados.

El conflicto comercial entre China y EE.UU., las dos principales economías mundiales, afecta el crecimiento de ambas y del mundo. La disputa es también política: tiene que ver con liderazgo, tecnología, propiedad intelectual. La tregua hasta el 1 de marzo podría extenderse, pero la economía se mueve en ciclos. Ha pasado una década desde la última recesión global y surgen dudas respecto a la “salud” y sostenibilidad del crecimiento económico. Algunos preanuncian el fin del ciclo expansivo (que duraría hasta 2020-2021); las economías desarrolladas tocan límites de capacidad según su potencial de crecimiento. En 2018, EE.UU. creció, impulsado por el estímulo fiscal (fines de 2017). Preocupaba la posición de la FED sobre subir tasas de interés. Parece que la FED pausaría el alza de tasas ante amenazas de desaceleración. Trump, con su estilo, también impacta en la economía mundial.

La economía del euro sería afectada por el Brexit. El impacto sería para Europa y Gran Bretaña. Algunos apuestan por un nuevo referéndum. Además, en Europa, Francia es objeto de protestas (“chalecos amarillos”), y el nacionalismo europeo gana fuerza en España, Italia.

El año podría ser positivo para mercados emergentes: Turquía, Indonesia y Brasil (con renovados aires con Bolsonaro y propuestas de apertura comercial tras el “socialismo” de Lula y Rousseff). Los commodities tendrían buen año: el oro subiendo; cobre y zinc con perspectivas interesantes a mediano y largo plazo. China crecería 6.2%. Lo que ahí ocurra preocupa por su impacto mundial.