El sol de abril. (Roberto Rojas)
El sol de abril. (Roberto Rojas)

Leo en las redes la complacencia de muchos con el clima actual de Lima. Tenemos días muy brillantes sin saturarnos con calor sofocante. Más aun, las noches ya son frescas y eso permite dormir con más comodidad.

Una ciudad iluminada por la luz solar con sus jardines reverdecidos tras el verano, recibiendo abundante radiación solar, mejora el ambiente general.
La razón es simple: la costa, en abril en particular, al terminar las lluvias en la sierra, ya no recibe nubes desde los Andes y, por lo tanto, suele ser el mes con más horas de sol.

No obstante tener un clima de una muy progresiva variación entre el calor intenso de febrero y el ambiente en extremo húmedo de agosto, Lima y la costa sur y central suelen experimentar, en un lapso de aproximadamente un mes, una transición del sol al cielo gris entre el 15 de abril y 15 de mayo; y lo inverso entre el 15 de noviembre y el 15 de diciembre, aproximadamente.
Este 2019, con un Niño costero terminando y el próximo potenciamiento de los vientos invernales desde el sur; los mismos que deberían acentuarse en mayo, harán que los limeños y costeños cambiemos nuestras prendas ligeras de verano por las gruesas de abrigo en el lapso de las siguientes cuatro a cinco semanas.

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