Los últimos días han marcado contraste frente a meses de temperaturas inusualmente frías, señala el columnista.| Foto: Oceana Perú
Los últimos días han marcado contraste frente a meses de temperaturas inusualmente frías, señala el columnista.| Foto: Oceana Perú

Los últimos días han marcado contraste frente a meses de temperaturas inusualmente frías. Secuela de La Niña Costera –técnicamente medible solo frente a la costa norte– que se había extendido, además, sobre la costa central y sur. Por ello, el 2022 ha permitido que en Lima y Callao muchos récords de frío hayan caído.

Regresando al cambio que estamos observando, este es producto de una secuencia de embates de vientos del norte frente a la costa (que traen aires cálidos ecuatoriales) y del debilitamiento del campo de vientos frente a Chile y Perú que determina el Anticiclón del Pacífico Sur.

La pérdida del enfriamiento es visible por satélites que solo miden la superficie del mar. Otras herramientas, llamadas flotadores Argo que están a la deriva frente a nuestras costas, vienen midiendo las temperaturas entre la superficie y 500 m de profundidad, revelando aún un enfriamiento por debajo de la superficie en las capas superiores del océano. Es la secuela de La Niña.

Solo El Niño o una onda Kelvin cálida pueden revertir el calentamiento estructural del océano frente a nosotros: sobre y bajo la superficie. En ausencia de ambos, el calentamiento reciente estará a merced de los vientos costeros y del anticiclón.