Lima no construye reservorios nuevos desde hace décadas. Una vergüenza. Un reservorio lleno: Huascacocha no puede ser utilizado por temas judiciales., señala el columnista.  (Foto: El Comercio)
Lima no construye reservorios nuevos desde hace décadas. Una vergüenza. Un reservorio lleno: Huascacocha no puede ser utilizado por temas judiciales., señala el columnista. (Foto: El Comercio)

La Niña en curso debería ofrecer un verano abundante en precipitaciones en los Andes del sur y centro.

Pero, en el mundo de la climatología, por más definidas que sean las relaciones causa-efecto, no siempre se cumplen estas. Es parte de lo que llamamos variabilidad climática. En este caso, La Niña suele ser generosa con la recarga de agua en las lagunas y reservorios que nos sirven a los limeños en los meses secos del año. No obstante, apenas a un mes del otoño, las lluvias en las cuencas del Rímac, Santa Eulalia y Yauli, donde se encuentran nuestros reservorios, han venido siendo pobres.

Al llegar la quincena de febrero, recién hemos alcanzado el 63% del llenado. Es bajo: resultado de un enero con 36% de deficiencia en el caudal del sistema Rímac-Santa Eulalia y un acumulado de 13% a la quincena de febrero.

Salvo los reservorios arequipeños, el llenado de nuestras represas solo está asegurado –por el momento – en el sur.

Lima no va a llenar, pase lo que pase en las siguientes semanas.

Lima no construye reservorios nuevos desde hace décadas. Una vergüenza. Un reservorio lleno: Huascacocha no puede ser utilizado por temas judiciales.

El principal problema de Lima no es la inseguridad ciudadana; es la hídrica. Una sequía y tendremos que racionar.