Un evento La Niña costera trae la fastidiosa combinación de calor de verano sobre el continente pero agua fría adyacente, señala el columnista. Foto: Eduardo Cavero / @photo.gec
Un evento La Niña costera trae la fastidiosa combinación de calor de verano sobre el continente pero agua fría adyacente, señala el columnista. Foto: Eduardo Cavero / @photo.gec

A diferencia del ritmo de la canción que popularizó Luis Miguel, el verano de La Niña 2021-2022 –a 10 días de distancia– no luce muy alegre. Esto, para los bañistas que acudiremos a las playas en las próximas semanas. A menos que el Minsa tenga otros planes.

Hoy La Niña está facultando un enfriamiento que en las últimas tres semanas alcanzó no solo el umbral que hace meses tiene como La Niña oceánica, sino, además, el de La Niña costera. En cristiano: se enfría mar afuera y, además, el de la playa.

Cierto es que La Niña costera requiere meses y no semanas de enfriamiento del mar adyacente a la costa norte y parte de la central del Perú para ser tal. Pero las últimas semanas dejan en entredicho la baja probabilidad que se le asignaba a esta incomoda compañera de verano.

Un evento La Niña costera trae la fastidiosa combinación de calor de verano sobre el continente pero agua fría adyacente; lo que en Lima y la costa central se traduce –particularmente en la primera mitad de verano– en posibles días con neblina en la playa, no obstante el resto de la ciudad se encuentre cálido y soleado.

El antídoto para ello son vientos del norte que pueden calentar el litoral. Sucede en verano, pero de modo infrecuente en las circunstancias climáticas en curso.