El sistema climático integra complementariamente a cada una de las variables que lo componen. Por ejemplo, la velocidad y dirección del viento y su contenido de humedad pueden o no producir en un determinado lugar una tormenta.
En esta última semana, en la que los limeños nos hemos visto saturados por jornadas de renovado calor y sensación de bochorno, además, se ha presentado un intenso brote de lluvias y tormentas en Piura y Tumbes que venían bastante secas este verano.
Todo lo anterior: el calor en Lima y las lluvias en el norte ocurren por la integración de las variables climáticas que aludía al inicio de esta columna.
Estos días y los próximos varios, el viento frente a la costa y sobre ella está soplando desde el norte. Esto trae dos impactos: calienta la superficie del mar al inhibirse el afloramiento y trae aire cálido hacia toda la costa proveniente de la zona ecuatorial.
El calentamiento del mar frente al norte va a continuar y con ello las probabilidades de lluvias costeras importantes crecen con la humedad que evapora aquel. Esta condición que representa un riesgo a nuestra vulnerable costa norte durará algunos días hasta que el anticiclón del Pacífico pueda enfrentársele. Condición que podría ocurrir bien avanzada la próxima semana.