Puente Cáceres en el Río Piura. (Leo Mauricio/Perú21)
Puente Cáceres en el Río Piura. (Leo Mauricio/Perú21)

Esta semana, las lluvias en el Alto Piura provocaron el desarrollo de una crecida que llegó a generar una alerta e inclusive avisos de evacuación. Hay aspectos de este episodio que llaman la atención.

La noche previa a la crecida se midió un caudal supuesto de 1,700 m3/seg en la localidad de Tambogrande. El río llega a ese punto unas 12 horas antes de llegar a Piura; recogiendo, además, más agua a su paso. Con esos datos se activaron las alertas pues se estimaban unos 1,900 m3/seg en Piura. Se han gastado S/346 millones en limpiar el cauce tras la crecida de 3,000 m3/seg que inundó Piura en 2017 y supuestamente deberíamos acomodar hoy 1,900 m3/seg sin mayor problema.

La estimación de 1,700 m3/seg en Tambogrande fue muy exagerada y con ese error inicial las estimaciones de caudales aguas abajo fueron igualmente exageradas. Ello provocó una alerta y aviso de evacuación de los poblados del bajo Piura por gusto. La cifra real final fue de 1,500 m3/seg; por debajo del nivel de riesgo y permite deducir la falta de rigor de la medición en Tambogrande. Piura necesita un modelo hidráulico que midiendo caudales y lluvias en simultáneo sea útil a sus autoridades y población anticipando varias horas el riesgo de crecidas.

TAGS RELACIONADOS