Bellido reiteró la voluntad del gobierno de luchar frontalmente contra la corrupción y, al mismo tiempo, instó a las autoridades regionales y locales a hacer lo mismo. El entonces premier recogió múltiples documentos con pedidos y demandas de las autoridades provinciales y distritales. Pero de agricultura nones.El entonces ministro de Desarrollo Agrario y Riego, Víctor Maita, manifestó que la segunda reforma agraria sería un proceso participativo e inclusivo y que daría una esperanza para más de dos millones de hombres y mujeres de campo. Pero de agricultura; de cómo, cuándo y qué, nada se dijo. Pura demagogia.