Los modelos indican que las lluvias podrían fortalecerse antes del término de noviembre, dice el columnista.
Los modelos indican que las lluvias podrían fortalecerse antes del término de noviembre, dice el columnista.

Toda la obra humana, por más importante que sea, requiere de agua para su sostenimiento. El agua es transversal a la vida. No hay dudas sobre eso.

Todos los sectores; desde el sanitario hasta el energético; desde el industrial hasta el agrícola, dependen del natural hecho de una buena temporada de lluvias. En sequía todo se complica; en abundancia, lo contrario.

Estamos llegando a la mitad de noviembre con una pobre performance en las últimas semanas en cuanto a lluvias andinas.

Hay en curso un evento fuerte de La Niña en el centro del Pacífico. Ello habitualmente nos trae un verano lluvioso en la sierra sur y central.

En el norte dependemos en buena medida de que el enfriamiento del Pacífico ecuatorial –propio de La Niña– no se contagie a nuestras costas; ya que ello suele deprimir las muy necesarias lluvias en el norte de la costa y sierra.

Los expertos del Enfen piensan que la irregular lejanía del anticiclón del Pacífico Sur que permitió un invierno soleado en Lima continuará en el verano.

Con ello, no habría Niña costera y las lluvias no serían tan malas en el norte.

Nos queda agua para pocas semanas. Los modelos indican que las lluvias podrían fortalecerse antes del término de noviembre.

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