Referéndum de emociones

A cinco días del referéndum, parece que la suerte está echada. Sin embargo, aquella suerte no será la nuestra, debido a que los ciudadanos iremos a las urnas con el corazón y el hígado, mas no con la cabeza. Aquello nos pasará factura en 2021.

El actual Congreso ha sido la mejor prueba de que nuestro sistema unicameral es un desastre. Los más claros ejemplos son la aprobación de leyes sin que estas pasen por comisiones ni debate previo, los excesivos gastos logísticos y el burdo aumento en su planilla. Aquello hubiese mejorado con la bicameralidad, pero no con la que propuso Vizcarra y menos con el Frankenstein que creó el fujimorismo en la Comisión de Constitución. Asimismo, la población debe de entender que aquellos escándalos y abusos parlamentarios tampoco serán solucionados prohibiendo la reelección. Porque, en primer lugar, en el año 2016, solo el 26% de los congresistas fueron reelegidos, mientras que el 74% alcanzó una curul por primera vez, incluidos Mamani, Donayre, Salaverry y otros que tienen muy graves cuestionamientos.

Y, en segundo lugar, los veteranos como Mulder, Salgado o Vitocho, quienes tienen más de dos periodos parlamentarios consecutivos, han sido elegidos más de dos veces porque, nos guste o no, hay electores que se sienten representados por ellos. Entonces, prohibir la reelección evitará que aquellos congresistas ocupen una curul en las próximas elecciones; sin embargo, serán reemplazados por personas semejantes que cumplan con las mismas características que estos.

La no reelección parece que será aprobada el domingo. Y, lamentablemente, solo nos daremos cuenta del craso error que cometimos cuando el próximo Congreso sea peor que el actual, en el que los pocos buenos congresistas que tenemos queden prohibidos de aspirar a una curul nuevamente.