notitle
notitle

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Carlos Meléndez,Persiana AmericanaEl resultado del domingo en Colombia sorprendió a la mayoría de analistas (quizás tanto como cuatro años atrás, cuando Mockus perdió la primera vuelta). Nuevamente un candidato uribista dominó la primera vuelta electoral. Esta vez, Óscar Iván Zuluaga (ex ministro de Hacienda de Uribe) se impuso con 29.3% ante el presidente y candidato a la reelección Juan Manuel Santos (ex uribista), con 25.7%.

Hasta hace dos meses la intención de voto por Zuluaga no superaba un dígito y la victoria de Santos parecía segura. Según encuestas, el voto en blanco bordeaba un tercio del electorado. Pero mientras se acercaba el día de los comicios, los indecisos fueron tomando partido por el candidato uribista. Al final, el voto en blanco solo alcanzó el 6%, aunque con un ausentismo alto (como es costumbre en ese país, alrededor del 40%).

La explicación de esta ola uribista tiene un factor de fondo y uno coyuntural. El primero es la consolidación de una identidad política alrededor del legado del ex presidente Álvaro Uribe; con una visión programática propia sobre cómo enfrentar los problemas en Colombia (por ejemplo, la lucha contra las FARC), se excede el plano exclusivamente personalista. La delegación del uribismo en un candidato sin carisma como Zuluaga, evidencia la capacidad de transferencia de esta 'ideología' en formación.

El factor coyuntural radica en la publicitación de un candidato con méritos propios y con capacidad de exaltar temas de agenda pública. La superposición de ambos elementos –'buen candidato', en base a la herencia de la 'seguridad democrática'– protegió a Zuluaga de los escándalos mediáticos de las últimas semanas (el destape de un hacker trabajando en su equipo) y condujo a la ola uribista al éxito.