Ojo al filtro. (Foto: GEC)
Ojo al filtro. (Foto: GEC)

Después del fiasco en que terminó el primer concurso público para elegir a los miembros de la Junta Nacional de Justicia (JNJ), nuevo ente creado en reemplazo del chamuscado Consejo Nacional de la Magistratura, el segundo concurso acaba de culminar su segunda etapa del proceso de evaluación. Y a simple vista, la nómina de 29 postulantes que han colado luego de superar la prueba de conocimientos ya presenta los primeros dislates.

En la lista publicada por la Comisión Especial figura, por ejemplo, nada menos que Marco Falconí Picardo, excongresista arequipeño involucrado en una escandalosa compra de tierras durante su gestión como presidente del Club Internacional de Arequipa, razón por la que afronta un proceso judicial desde hace nueve años. Los actuales directivos de la institución le reclaman a Falconí y a los propietarios originales la devolución de los casi 800,000 dólares que se gastaron en la compra de un terreno para edificar un nuevo local del club, pero que, al ser parte de una zona arqueológica, declarada intangible por el Instituto Nacional de Cultura, resultó inutilizable.

Como se recordará, Falconí Picardo llegó al Parlamento en 2011, con la lista de Perú Posible, el partido de Alejandro Toledo, y estuvo envuelto en denuncias de plagio y de cobros indebidos mientras fue congresista. Es conocido también por su persistente postulación a cargos públicos, quién sabe si como una vía de salida a sus problemas con la justicia.

Otro de los nombres que figura en lista de aprobados para pasar a la siguiente etapa de evaluación es el de María del Pilar Tello, quien además de jurisperita ha fatigado también el periodismo, oficio bajo el que tuvo que enfrentar en su momento denuncias cuando fue presidenta del directorio de Editora Perú –durante el gobierno de Alan García– y a la par docente de la Universidad Nacional Federico Villarreal.

Esperemos pues que a autoridades, académicos y funcionarios convocados en la Comisión Especial encargada del proceso de selección de integrantes de la JNJ no se le escapen tortugas, pues terminar un segundo concurso público manchado por cuestionamientos a los postulantes solo añadiría sospecha y mayor ridículo al fracaso inicial.

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