Andina.
Andina.

Hace pocas semanas, el Minedu dio a conocer los resultados de la Evaluación Nacional de Logros de Aprendizaje (ENLA), realizada en 2023 [1], resultados que nos pegan duro y nos confrontan a una pobreza de aprendizajes que compromete el futuro de nuestros estudiantes. Los resultados obtenidos deberían de llamarnos a la reflexión urgente de qué debemos de cambiar en nuestra propuesta de enseñanza en las instituciones educativas públicas del país. Tanto a nivel nacional desde el Minedu como a nivel de cada gobierno regional se debería asumir la responsabilidad de tomar medidas concretas para empezar a dar una educación de calidad que logre mejores resultados.

Cada año el Ministerio de Educación recoge evidencias sobre los resultados de aprendizaje y factores asociados, mediante evaluaciones censales y muestrales, de alcance nacional y regional; y realiza visitas de monitoreo donde se levanta información valiosa sobre lo que está pasando en las aulas. Este esfuerzo de medición y recolección de data que se hace en el Perú es muy reconocido incluso a nivel internacional y valioso para poder diagnosticar nuestros problemas en el sector, en lo que estamos fallando es en dar una respuesta, soluciones pragmáticas que lleven a una mejora sustancial en los logros de aprendizajes en cada región.

Evaluando las cifras en cuarto grado de primaria, que es el grado en el que se ha recogido mayor cantidad de data, tenemos que solo 3 de cada 10 estudiantes (33%) alcanzó el nivel satisfactorio en lectura; y solo 2 de cada 10 estudiantes (22.5%) en matemática. Estos son promedios nacionales, por lo que en los resultados a nivel rural y de poblaciones vulnerables llegamos a ver cifras 50% menores al promedio en sus logros, una verdadera tragedia que niega la posibilidad de surgir a tantas niñas y niños y fomenta mayor inequidad. Los resultados en segundo grado de secundaria en comprensión lectora y matemáticas, lejos de mejorar y nivelarse en sus competencias, retroceden debido al rezago acumulado que traen de primaria.

Estamos frente a un problema de emergencia nacional que de no ser atendido nos va a pasar factura en pocos años. Debemos darle toda la prioridad a mejorar la calidad del servicio educativo básico que estamos brindando a nuestras niñas y niños. Revisar las metodologías de enseñanza de la lectoescritura y matevmáticas básicas como principal tarea. Acompañar a nuestros docentes en una nueva manera de lograr el aprendizaje antes que el cumplimiento formal del programa, con más diálogo, interacción en clase y menos miedo a equivocarse. Se necesita reflexionar críticamente con las razones que están detrás de las prácticas erróneas en la docencia que persiste, pese a las numerosas capacitaciones recibidas. Sería bueno escuchar del Minedu y de algún gobierno regional qué medidas piensan tomar para revertir este empobrecimiento de aprendizajes.

No nos quedemos indiferentes a esta realidad que nos afecta a todos, debemos darle eco mediático y exigir docentes más calificados, más presupuesto y revisar las metodologías de enseñanzas para que nuestros niños y niñas puedan, como mínimo, tener un nivel satisfactorio de lectura y matemática básica. Es la base del derecho fundamental a aprender que les debemos a los 6 millones de alumnos de nuestras escuelas públicas.

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