Salvador del Solar, presidente del Consejo de Ministros, participó en una reunión del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana en Trujillo. (Difusión)
Salvador del Solar, presidente del Consejo de Ministros, participó en una reunión del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana en Trujillo. (Difusión)

El premier Salvador del Solar declaró que la norma antielusiva “va”. Algunos lo tildaron de poco menos que comunista por antiempresarial. Y es que la Confiep se opone. Así lo reiteró su presidente, Roque Benavides, a quien sus detractores descalificaron como poco menos que aprovechador y mercantilista.

Más allá de antipatías e invectivas, veo poco análisis racional. Hay argumentos atendibles de los dos lados. A favor se menciona el estándar mundial donde la figura es cada vez más común, y sobre todo en la OCDE, a la que Perú quiere (algo pretenciosamente) acceder. Además, el evidente uso de estructuras internacionales para canalizar negocios indiscutiblemente peruanos solo por su ventaja tributaria. En contra, se afirma que esto quita predictibilidad y desincentiva negocios e inversiones (para no hablar de su pretendida retroactividad).

El problema de la norma será aplicativo. Los casos que se citan constituyen simulación (y evasión) y no requieren la figura antielusiva. Son los casos más grises los que abren la puerta a la arbitrariedad fiscalista. Que la Sunat pueda decir –con los filtros que se quiera– qué forma jurídica, de dos válidas, debe usarse para recaudar más es un enunciado con un error antropológico: asumir que el contribuyente debería escoger la que tributa más. Nadie hace negocios para tributar, uno tributa porque hace negocios.

Una supuesta solidaridad a la fuerza no tiene valor moral. Y, en efecto, desincentiva negocios e inversiones.

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