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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Abraham Levy,Opina.21alevy@ambiand.com

El 28 de octubre sale el señor en andas a recorrer la ciudad. Es una tradición antigua; como lo son los temblores en nuestra capital.

Se sabe que el Cristo de Pachacamilla sobrevivió a un terremoto en el templo donde originalmente estuvo en el siglo XVII, pero fueron los eventos del 28 de octubre de 1746 los que marcaron su regular compromiso con los devotos de Lima.

Era noche de luna y quizá hora y media antes de la medianoche. Lima tembló con estruendo y de sus casi 5,000 edificios, sobrevivieron incólumes unos 25. A partir de esa experiencia la quincha reemplazó a las piedras como elemento constructivo.

Se supone que tuvo una magnitud de 8.5 por lo menos. Unas 7,500 almas murieron y le costó mucho tiempo a la ciudad volverse a poner de pie.

Pero lo del Callao no tiene parangón. De 5,000 habitantes solo 200 pudieron ver el siguiente amanecer. El tsunami cubrió por completo el puerto y según cronistas el agua llegó a inundar La Punta, Bellavista y lo que hoy es el aeropuerto de Lima.

Mucho se habla de silencio sísmico y de que vendrá un gran terremoto.

Valgan verdades, nadie sabe y esto puede tomar otros 30 como 300 años en repetirse.

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