No son inocentes mensajes
No son inocentes mensajes

Hoy en día nos inundan los mensajes por WhatsApp. ¿Cree en todo lo que recibe? ¿Chequea la veracidad de los mensajes antes de compartirlos a sus contactos? En algunos grupos en los que estoy suelen circular mensajes de cariz optimista o motivador, frases y textos que incluso, plasmados en un atractivo diseño, llegan a nuestras pantallas atribuidos a personajes famosos que pueden ir desde el escritor Gabriel García Márquez hasta el papa Francisco, por citar algunos.

Supongo que, por oficio y trabajo, tengo la costumbre de verificar lo que recibo. Aparte de que algunos mensajes atribuidos a ciertas personalidades distan bastante de su filosofía, yendo a las fuentes correctas puedo descubrir cada semana diversos casos de información falsa, aparentemente inocente, pero que se viraliza rápidamente al ser compartida sin filtro ni control.

Lo que no deja de sorprenderme es que, en varios casos, cuando he hecho ver que el mensaje es falso y que lo ideal sería aclararlo, borrarlo y no compartirlo más, he recibido indiferencia por respuesta o, peor, un ‘si me ha llegado así, es porque debe ser cierto’.

Ponía este ejemplo, digamos, prosaico y de apariencia supuestamente inofensiva para llamar la atención sobre nuestra responsabilidad como usuarios de estas herramientas de comunicación y poner la mira en otros contenidos graves y preocupantes.

La última semana, tanto la Policía Nacional como el propio ministro del Interior, Carlos Morán, tuvieron que desmentir la existencia de una supuesta banda de extranjeros que estaba secuestrando niños, versión que comenzó a circular por WhatsApp este mes usando audios y una falsa circular de colegio, fabricados con el fin de desatar temor en la población.

Esto, aparte de información falsa, constituye un tipo de sicosocial creado también para provocar xenofobia y discriminación, concretamente contra los migrantes venezolanos que en su gran mayoría han llegado al Perú por la crisis humanitaria debida al chavismo y a la deplorable gestión de Nicolás Maduro.

Aunque, según la Policía, en 2018 y 2019 no se ha registrado ninguna denuncia por secuestro de menores de edad, audios similares ya habían circulado hace tres meses, según indicaron las autoridades, atemorizando a quienes los recibieron, especialmente en Lima Norte. En esta redacción pudimos saber que en algunos colegios excursiones y visitas ya programadas habían sido canceladas en algunos colegios a pedido de los padres de familia. No querían exponer a sus hijos. Tal fue la situación que hasta el Ministerio de Educación salió a tomar cartas en el asunto y a desmentir tanto la circular como que los escolares estén en peligro.

Si bien ante la delincuencia debemos tener una actitud de prevención y alerta, no podemos creer en todo lo que nos llega al WhatsApp o las redes ni caer en la zozobra que busca generar un sicosocial así. Menos en la xenofobia.

Confiemos en que la División de Alta Tecnología de la Policía dé con quienes están fabricando estas mentiras para atemorizar a la población. Una grave perturbación de la tranquilidad pública, según la ley penal, incluso amerita la cárcel.

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