No más de lo mismo
No más de lo mismo

Hace rato que los sondeos de opinión vienen arrojando resultados que registran el absoluto caos de la escena política peruana, en el que, a falta de alternativas viables, pareciera que un grupo de encuestados termina apostando por candidatos o agrupaciones al azar, por simple descarte –el consabido mal menor–, y otro, muy menor, por convicción o afinidad política.

Porque de momento en la fotografía aparecen quienes se decantan por tal o cual partido, pero es más que previsible que en enero el voto de protesta –blancos o viciados– sea bastante alto. La medida de rechazo al establishment partidario, por ahora, es elevada. El 65% de encuestados dicen sentirse insatisfechos con las actuales listas presentadas para el nuevo Congreso, porque “son más de lo mismo”, según informa Datum, pero la cifra seguirá dando saltos conforme nos aproximemos al 26 de enero.

Se han publicado resultados donde las preferencias limeñas para las presidenciales de 2021 apuntan al expremier Salvador del Solar o al alcalde La Victoria, George Forsyth, quienes justifican su escalada por motivos distintos. El primero por poner a raya al fujimorismo y el segundo por ordenar La Victoria. Pero, al mismo tiempo, para las congresales de enero optan en mayor medida por partidos como Acción Popular y Fuerza Popular. Es ciertamente difícil encontrar coherencia alguna entre estas opciones. Y lo es más todavía si se consideran las movilizaciones callejeras de rechazo al disuelto Congreso de mayoría fujimorista y las lapidarias encuestas sobre la credibilidad u honestidad de buena parte de quienes lo integraban. Y no se puede ningunear tampoco las tendencias antisistema en provincias, como, desde luego, a las huestes del fundamentalismo religioso, que, pese a no ocupar lugar, como tales, en las mediciones de opinión, a no dudarlo podrían conseguir algún peso propio a la hora de los conteos.

Todos estos factores nos obligan a insistir en nuestra campaña #VotaBien, pues los candidatos deben pasar por un escrutinio riguroso para que quienes tenemos la obligación de sufragar lo hagamos con responsabilidad y criterio. No hay mejor antídoto para tiempos de crisis política y estancamiento económico que el voto informado. El futuro del Perú ya no tiene margen de error: la historia no puede repetirse. No queremos más de lo mismo.