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[Opinión]: Gonzalo Elías: Seré tu luna, ya no tu sol
“La adolescencia es un tiempo de transición, ya no son niños, pero tampoco adultos. Quieren ser libres, necesitan explorar. Y deben hacerlo”.
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Hace un par de semanas nomás les decía que era duro ya no poder abrazar mucho a los hijos adolescentes, que ya no quieren verte cerca cuando están sus amigos –o sea todo el tiempo– y que de pronto llegó la pubertad y con ella una crisis de la identidad, la sexualidad, y la autoridad.
Soy psicólogo, supuestamente debía estar preparado, pero soy un cero a la izquierda, extraño a la niña que era mi hija, esa ternura donde no existía la apariencia ni el bullying, ni los chicos que ahora le interesan mucho más que yo. Hasta hace unos meses los únicos “chicos” de su vida éramos su hermano, su abuelo, y yo. Ahora me lee por WhatsApp y me deja en visto. A su hermano ya no le da tanta bola, y de su abuelo se acuerda poco. Pero así es, es normal, lo que nunca imaginé es que llegara tan pronto, tan de prisa. Tiene 12, no 16. Y es que este mundo está loco, todo va con premura.
La adolescencia es un tiempo de transición, ya no son niños, pero tampoco adultos. Quieren ser libres, necesitan explorar. Y deben hacerlo. Como padre te puedes sentir rechazado, en duelo incluso. Ese niño o niña ya no volverá. Asusta, sientes miedo, uno puede ver la pulsión de muerte asomándose, las conductas de riesgo, los adolescentes que tratan mal a tu hija o hijo y se te rompe el corazón. Pero así es la vida, vida y muerte. Guerra y paz. Amor y odio.
De algo estoy seguro: la pulsión de vida también existe, la bondad y ese niñ@ interior siempre estará dentro de ellos, con todo el amor que uno sembró en la infancia temprana y la niñez. Ese amor los llenará de autoestima (que es lo más importante de todo) y a pesar del dolor y sufrimiento que experimentarán y ocasionarán, siempre nos tendrán ahí, como la luna, iluminando silenciosa y respetuosamente, con una fuerza capaz de mover los mares, inquebrantable. Y como dijo Saramago: “Dios bendiga siempre a nuestros hijos pues a nosotros ya nos bendijo con ellos”.
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