Cambio de timón. El elegido dirigirá el PJ hasta 2020. (GEC)
Cambio de timón. El elegido dirigirá el PJ hasta 2020. (GEC)

Es de advertir que quiero para mi país 30 Antaminas, 20 Cerros Verde, 40 Alicorps, 20 Campos Sol, 50 Tasas y miles de empresas que logren el empleo pleno de personas, el círculo virtuoso de la justicia productiva y la ética del trabajo y el éxito. Sin embargo, dentro de todo lo que rema en contra de ese país de virtudes y talentos, están las enfermedades del alma y, dentro de estas, la neurosis de poder.

Es evidente que estamos enfermos, que padecemos la peor de las miserias, la del alma. ¿Quién puede negarlo? Los tres poderes del Estado compiten por el campeonato “Yo soy más populista que tú” y, en medio, el cuarto poder, la prensa, juega un cuadrangular de intereses subalternos y contrapuestos, en el país de ninguna parte y de ninguna posición limpia.

¿Qué pasa, profesora? ¿La patología del poder nos está ganando? Genara Castillo Córdova, docente de la Universidad de Piura, expresó que el ejercicio adecuado del poder es para personas maduras, para aquellas a las que no les guste tenerlo. El poder entra en la persona. Cuando se estanca dentro o copa en escalada, o se busca, tenemos neurosis de poder. La única forma de escapar es haciendo caminos al poder para que fluya a los demás en auténtico servicio. No es broma, la neurosis destruye a la persona, su entorno y sus instituciones.

Qué distinto es, expone Castillo Córdova, “el espíritu de servicio cuando es auténtico, cuando no intenta controlarlo todo, cuando confía en las personas, cuando sabe escuchar, cuando respeta y no excluye a nadie; cuando no se busca figurar ni los privilegios que el poder otorga, cuando sabe pasar oculto”.

El Perú debe curarse. ¿Dimos un buen paso al premiar en las urnas la honestidad y experiencia de Jorge Muñoz Wells? Yo creo que sí.