(Cesar Grados/GEC)
(Cesar Grados/GEC)

-Esas tres palabras que componen mi titular resumen la actitud de Vizcarra, su premier y los ministros que ocupan esos puestos que son claves (Salud, Producción y Trabajo) para enfrentar esta catástrofe, pues salvo el ahora débil MEF (tanto así que el BCR ha terminado comiéndose pleitos suyos) y algún otro ministro, los anteriormente mencionados están en Lalaland. Vizcarra hace rato que ha debido cambiar de actitud, licenciar a esa manga de inútiles y convocar la ayuda del sector privado. Confieso que soy pesimista de que lo haga: desde adentro cuentan que el extremadamente desconfiado Vizcarra linda ya con la paranoia y que está convencido de que ha hecho todo muy bien y de que las críticas son por maldad. Solo oye a la secretaria Miriam Morales y algo a Maxi (los moqueguanos ya ni pesan). Mucha culpa de este desequilibrio de Vizcarra la tiene la mayoría de la prensa, que hasta hace no mucho le endiosaba (algunos persisten), y también esas encuestadoras que le ponen por las nubes y que le han vuelto un adicto a ellas. Otra cosa que me llama la atención es su pacto con el Frente Amplio, a quienes antes les entregó el Midis y ahora el Ministerio de Salud. ¿Cuál es la naturaleza de este arreglo con Arana? De Arana no me sorprende, pues los fujimoristas contaban que era muy fácil pactar por lo bajo con este.

-Muy mañoso eso de bajar las pruebas del Minsa (13,721 este lunes) para así rebajar el número de nuevos infectados (2,511). Vuelvan a las otrora 40 mil diarias y otra será la realidad. Y eso que mezclan mañosamente moleculares con serológicas.

-Hoy es el Día del Campesino… “La tierra no es de quien la trabaja”, sino del que tiene el título de propiedad. Lo otro era demagogia roja. El taxi no es de quien lo conduce, sino del titular de la tarjeta de propiedad. La casa no es de quien la habita, sino de quien figure en Registros Públicos.