Si bien sigue existiendo volatilidad política y ruido político que pesa sobre la evaluación, en el balance todavía hay algo de resiliencia en cuanto a la calificación del país, manifestó Reusche. (FOTO:Alessandro Currarino/GEC)
Si bien sigue existiendo volatilidad política y ruido político que pesa sobre la evaluación, en el balance todavía hay algo de resiliencia en cuanto a la calificación del país, manifestó Reusche. (FOTO:Alessandro Currarino/GEC)

El vicepresidente de Riesgo Soberano de Moody’s, Jaime Reusche, hace un análisis sobre la situación de riesgo del Perú y los principales desafíos que enfrenta. Señala que no se está aprovechando los altos precios de las materias primas.

¿Cuál es la calificación que Moody’s nos ha dado y cuáles son los fundamentos?

Moody’s le ha dado al Perú una calificación de Baa1 (a dos peldaños de grado especulativo), con perspectiva negativa desde finales de enero 2023. Los fundamentos del país tienen que ver con la solidez y solvencia fiscal, y el muy buen manejo macrofiscal por parte de las instituciones económicas. Además, todavía confiamos en que existe un buen potencial de crecimiento en la economía peruana y no vemos desequilibrios importantes en esta.

Si bien sigue existiendo volatilidad política y ruido político que pesa sobre la evaluación, en el balance todavía hay algo de resiliencia en cuanto a la calificación del país.

¿Cómo ven el panorama político considerando las próximas elecciones?

Todavía falta para las próximas elecciones. Además, debido a que existe bastante volatilidad política, es difícil tener una buena idea de quiénes van a ser los candidatos y cuáles van a ser las propuestas con tanta anticipación. Siempre existe la posibilidad de que las elecciones se adelanten, pero es improbable que ocurra antes de 2025, debido a la complejidad de su proceso. Las elecciones no son una preocupación de corto plazo para Moody’s.

En cuanto al entorno político, sigue siendo volátil y es parte del ADN del Perú. Sin embargo, en la medida que no haya mucha influencia de estos factores sobre el manejo fiscal, todavía creemos que hay cierta independencia. El ruido político pesa sobre todo en el desempeño económico porque resta a la confianza empresarial, con lo cual, limita mucho el crecimiento y sobre todo la inversión.

¿El hecho de que haya un bajo crecimiento puede afectar la calificación?

Nosotros no calificamos el desempeño de la economía, lo que calificamos es la solvencia del Estado. Estamos ante un escenario donde la economía no está dando todo lo que podría dar y esto dificulta mucho el manejo fiscal, pero aun así vemos una muy alta voluntad de cumplir con la prudencia fiscal por parte del Gobierno peruano. Esto es lo que nos lleva a no tomar ninguna decisión de manera intempestiva ni abrupta. Vamos a decidir cómo resolver esa perspectiva negativa sobre la calificación del Perú recién en la segunda mitad del año.

¿Que no se cumpla con la regla fiscal del déficit podría encender las alarmas sobre la solvencia del Estado?

Nuestros cálculos nos dicen que va a ser muy difícil cumplir con la meta de déficit fiscal de 2% del PBI para este año. Es muy probable que acabe en 2.4% o 2.5%. Por ello, vemos que es una buena oportunidad para que el Ejecutivo presente su informe de actualización de proyecciones macroeconómicas que debe hacer antes de abril. Seguramente se va a trazar una nueva trayectoria fiscal.

El resultado puntual del déficit no es tan importante. Lo más importante es la trayectoria fiscal y hacia dónde se dirige ese déficit. El Gobierno debe ver la forma de llegar a esa meta de manera prudente, que no implique un frenazo fiscal a la economía que está un poco golpeada.

¿De qué poder del Estado es el ruido que más preocupa?

Preocupa un poco más por el lado del Poder Judicial y del Congreso. Los riesgos políticos vienen por el lado de escándalos de corrupción, otros escándalos que puedan salir del Poder Judicial y del Congreso como estas iniciativas de gasto. Todos estos temas golpean las expectativas económicas y ralentizan el crecimiento, lo que dificulta el manejo fiscal.

El hecho de que la presidenta no haya renovado en el cargo al presidente del Consejo Fiscal, en un contexto en el que la opinión de este colegiado ha incomodado a su gestión, ¿es una mala señal para este gobierno?

En primer lugar, el Perú tiene un Consejo Fiscal bastante técnico y esto es algo bastante saludable. Esta es una opinión que ayuda al debate en la correcta postura fiscal que debe adoptar el Gobierno. Es importante que el Consejo Fiscal mantenga su independencia y que ojalá se pueda fortalecer en el futuro. Además, el Congreso debería prestarle más atención.

¿Cuál es el balance de riesgos para el Perú?

El Perú ha superado muchos retos y muchos shocks incluyendo el de las protestas sociales, El Niño y los otros climáticos. Esto pinta un panorama de mejora para este año. Sin embargo, no se está aprovechando los altos precios de las materias primas que deberían estar canalizando una cantidad enorme de inversión hacia el país. Y no se está dando por ese temor que tienen los inversionistas de efectuar inversiones de largo plazo. Esa es la factura que nos está pasando el ruido político. Por eso es que mantenemos la perspectiva negativa.

¿De qué depende que cambie la perspectiva negativa de la calificación del país?

De las respuestas que podamos conseguir a preguntas como: ¿la economía va a empezar a reaccionar a despecho de esta volatilidad política intensa?; ¿va a haber una mejora significativa de las expectativas del sector privado?; y sobre todo, ¿los inversionistas extranjeros se van a empezar a sentir un poco más cómodos para invertir de calmarse el ámbito político un poco más? Estas son las preguntas de mediano plazo que debemos resolver.


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