Mónica Delta: República inconclusa

Tomo prestado el nombre de un libro que acaba de publicar Raúl Chanamé. Esa es la sensación que tengo en el 194° aniversario de la independencia del Perú. Nuestros antepasados no la tenían clara. Me da la impresión de que hasta ahora seguimos buscando la fórmula de la consolidación.

Una visión, la de San Martín, era una monarquía constitucional como transición. Don José pensaba que no estábamos preparados para dar el salto hacia la República. Ganó la otra opción. Tuvimos caudillos, demasiados golpes, dictadores y muchos traidores. Estamos a seis años del bicentenario y nuestras autoridades siguen pensando en un país asistencialista, populista, en el que se apuesta por los programas sociales. Creen, tontamente, que hacen la diferencia. ¡Falso!

Eso pensé al escuchar a Ollanta Humala en su último discurso ante el Congreso. Más allá de la carencia de gestos políticos y de la monotonía vocal durante el recuento de sus logros, me convencía de que aún no ha llegado al poder aquel que gobierne en grande. Que sea capaz de crear oportunidades para las mayorías.

Humala dijo ayer en un discurso improvisado durante el desfile militar: "Al Perú nadie lo puede parar". Pero, querido presidente, por su inacción estamos a un ritmo de crecimiento lentísimo, casi paralizados. Hace cinco años estábamos creciendo a más de 6% por año. Hoy raspamos el 2%.

Las palabras, por más cifras que se enumeren, se evaporan cuando no tienen consistencia. El pueblo lo sabe y lo siente. Hubiera sido interesante que haga un mea culpa de lo que no ha hecho y una explicación de lo que debería hacer en estos 11 meses y 28 días que faltan para que entregue la banda a su sucesor o sucesora.

Usted parece sentirse satisfecho, pero mucha gente anda contando los días para que un verdadero cambio renueve la esperanza. Tenemos que llegar a los 200 años con la dimensión de una verdadera república, sin aventuras y con una nación fortalecida en pleno desarrollo. ¿Algún patriota sabe cómo hacerlo?