PRIMER ACTO: El gobierno despreciando a la prensa. Sin acceso. Despiden a periodista tras siete años de trabajo en el canal del Estado. Comienza a aparecer el fantasma de que el Canal 7 vuelva a ser caja de resonancia del gobierno de turno. El presidente llama “chiste” a los periodistas; al día siguiente ofrece disculpas, pero los enreja cuando está en plena actividad fuera de Palacio, y sólo permite el paso del reportero de IRTV. Por último, contándose sólo el chiste, la primera vicepresidenta y titular de Desarrollo e Inclusión Social, Dina Boluarte, le da las “gracias” a los hombres y mujeres de prensa por difundir la fecha de cobro del bono Yanapay “sin cobrar publicidad”, como si no fuera cotidiana la cobertura que los medios de comunicación hacen sobre cualquier decisión gubernamental. El problema está en que a ellos sólo les interesa poner la agenda, pero no responder preguntas incómodas, como cualquier pretendiente a “dictadorcillo”.

SEGUNDO ACTO: Denuncias contra el copamiento partidario de puestos en ministerios claves, funcionarios cuestionados nada idóneos, revelados por los destapes periodísticos –ofreciendo como en una tómbola o festival– colocaciones estratégicas, buenos sueldos, recepción de CVs para aquellos vinculados a Perú Libre, como lo ocurrido en el MTC con el exasesor y trabajador, a quienes despidieron por la denuncia de Punto Final. Está clara la estrategia de la mano cerronista con anuencia presidencial, privilegiando intereses ideológicos, partidarios y clientelistas antes que la necesidad de los peruanos, como ya ocurrió en el pasado con lo peor de aquellos partidos que miraron siempre a la administración pública como botín de guerra, y no como el ciudadano espera: una oportunidad para servir.

TERCER ACTO: La corrupción solo cambia de ropaje. De los Dinámicos del Centro a los Tiranos del Centro. Pobre Junín y pobre Perú. Los primeros están acusados de encabezar la organización criminal dedicada al cobro por la trafa de brevetes y financiación de Perú Libre –con Arturo Cárdenas (Pinturita) entre ellos–, y los segundos, a los que según la Fiscalía liderarían el alcalde de Huancayo, Juan Carlos Quispe, y su antecesor Henry López, están dedicados al cobro de cupos para informales, entre otros delitos ¿Qué tienen en común ambas bandas? Que sus integrantes están prófugos, que la Policía no los encuentra, y que son cercanísimos a Vladimir Cerrón.

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