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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

"Lo del libro de Otoniel no es plagio, es copia". Palabras textuales del candidato a la presidencia de APP, César Acuña. ¿En serio? Difícil digerir lo que escuchamos de algunos personajes que pretenden la primera magistratura del país. La persona que comete plagio es quien COPIA obras ajenas. El señor Acuña copió no solo en lo sustancial, sino la obra completa, incluyendo los agradecimientos al verdadero autor. Un acto de esa naturaleza es un descarado robo intelectual, pero parece que para él y sus allegados es un asunto de semántica. Querer hacer una diferencia entre una palabra y otra es uno de los tantos "laberintos" en que nos quieren meter algunos candidatos y sus bien remunerados asesores para minimizar una acción ilegal.

¿Nos importa a los peruanos que alguien que nos quiere gobernar mienta sobre sus presuntos logros académicos? ¿O, francamente, no nos importa que nos vendan gato por liebre? Esas respuestas nos las debemos como sociedad que intenta ser civilizada. Por otro lado, ¿el señor Julio Guzmán tiene derecho al pataleo por el veredicto del JNE, que, de confirmarse en el JEE, lo sacaría de la carrera electoral del 2016? Sí, en la medida que apele a las instancias correspondientes y acate sus fallos finales. ¿El hasta ahora candidato de TPP puede políticamente buscar reforzar su "momentum" apuntando su crítica al adversario más fuerte? Claro, pero esa estrategia le da una victoria en ese ámbito, pero de ninguna manera debe pretender torcer decisiones ajustadas a ley.

Lo innecesario es que las mismas instituciones que debieron zanjar el tema ayer hayan provocado que la agonía se alargue y que la sociedad continúe confundida por tantas interpretaciones, legales y políticas. Que se allane rápidamente el piso electoral para evitar que los "magos de la manipulación" nos mareen más con intereses turbios, que permanentemente apuntan a reemplazar la institucionalidad con sus simpatías y sus intereses.