Bicicletas como transporte público en San Isidro Y Miraflores (Foto: GEC)
Bicicletas como transporte público en San Isidro Y Miraflores (Foto: GEC)

Me quedé corto ayer hablando de lo absurdo que es exigir un “registro” para circular por Miraflores en bicicleta o prohibir que un ciclista lleve a su hijo como pasajero. Eso sin contar con la amenaza de multas impagables que alcanzan los 4,200 soles si cometes el error de no ir por la ciclovía, subir a la vereda, no usar casco o no tener “dispositivos reflectantes en vestimenta”.

Andar con una bici no registrada también puede costar 4,200 soles de multa. Por amarrar una bici a un poste la sanción bordea los 1,000 soles. Andar con audífonos puede costar una multa similar. ¡Esas multas valen más que las bicis que usan la mayoría de personas! Es como criminalizar a los ciclistas.

Pero resulta que la Municipalidad de Miraflores no solo se lanzó contra los ciclistas, sino también contra los peatones con una retahíla de obligaciones que ni los estados más totalitarios podrían imaginar. Entre otras limitaciones, la ordenanza recientemente aprobada básicamente responsabiliza a los peatones de todos los problemas de circulación de su distrito. Aunque no establece una sanción económica, señala como deberes de los peatones no correr por las veredas, no quedarse parados en ellas, no saltar y no usar audífonos. También que los niños no caminen uno al lado del otro, sino en fila. Es como criminalizar a los peatones.

Esta regulación es irrealista, lo que la hace inaplicable. También es perversa porque desincentiva el uso de bicicletas y le da más poder a los carros y sus dueños. La gestión de Luis Molina olvida que la responsabilidad del tráfico la tienen los carros, no las bicis y mucho menos los peatones, que ni buena infraestructura para circular tienen. Son los carros los que atropellan y matan a ciclistas y peatones, no al revés. Las prioridades en Miraflores están de cabeza.

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