¿Afecta el COVID-19 las condiciones de la democracia?
¿Afecta el COVID-19 las condiciones de la democracia?

Por Milagros Campos

Mientras escribo estas líneas más de cincuenta elecciones de todos los niveles se han suspendido o postergado en el mundo. Ochenta y cuatro países han declarado estado de emergencia y en ciento once se ha limitado el derecho de reunión. Hay preocupación por la crisis económica pospandemia y por las alternativas populistas que esta pueda favorecer.

Lo urgente es contener la propagación del virus y proteger el derecho a la salud, objetivo que hubiera sido imposible lograr sin el incondicional compromiso de quienes han sacrificado su propio derecho para atender la emergencia. Sin embargo, la crisis se ha extendido en el tiempo, evidenciando la necesidad de garantizar el ejercicio de otros derechos, como por ejemplo el trabajo y los derechos político-electorales.

En el Perú, mientras se definen las condiciones de la nueva normalidad, es imperativo pensar en las elecciones del próximo año. Es preciso adaptar el proceso electoral a las reglas de distanciamiento físico y protocolos sanitarios impuestos por la pandemia. No es momento para la reforma integral y de largo plazo, pero retroceder a la situación anterior significa no hacer nada. ¿Podríamos esperar mejores resultados en la representatividad, la gobernabilidad e integridad en la función pública con las mismas reglas?

El hecho inexorable es que tendremos elecciones y cambio de mando el próximo año. ¿Qué hacer? Sin primarias abiertas, en las que votan no solo afiliados sino todos los electores, la reforma debe estar en las elecciones internas. Si bien los partidos políticos son los actores centrales, pues la selección de candidaturas es parte de la vida intrapartidaria, las elecciones internas también afectan directamente a la calidad de la democracia y de la representación política. Por ello, deben ser organizadas y financiadas por los organismos electorales. Elecciones internas con la participación de los afiliados facilita la eliminación del voto preferencial para las elecciones generales, simplificando el proceso y reduciendo sustancialmente el tiempo que demanda la votación por cada elector.

De cara al proceso electoral, hay que explorar formas de votación que generen confianza en la ciudadanía, adecuar los centros de votación según protocolos de autoridades sanitarias, ampliar la duración de la jornada, incluir el voto anticipado y facilitar voto de peruanos en el exterior incorporando el voto postal. El objetivo es asegurar la participación ciudadana y evitar que se repitan las usuales aglomeraciones de esta fecha.