Censura al gabinete Zavala: Las fotos que deja el debate sobre la cuestión de confianza. (Geraldo Caso/Perú21)
Censura al gabinete Zavala: Las fotos que deja el debate sobre la cuestión de confianza. (Geraldo Caso/Perú21)

Deben ser ya más de 24 las horas, casi ininterrumpidas, que llevo siguiendo el pulso de los grandes destinos de la patria a través de los medios de comunicación. La cosa va –más o menos– así: la mayoría del Poder Legislativo tomó la decisión de interpelar a la ministra de Educación. La ministra fue al Congreso a responder un pliego inmenso de preguntas, pero los congresistas que plantearon las preguntas no fueron a escuchar las respuestas, era viernes.

Al iniciar esta semana, la bancada de Fuerza Popular anunció, a través de un tuit –eso de que un ser humano hable ya es muy vintage–, que presentaría una moción de censura en contra de la ministra por no responder correctamente en la interpelación en la que no estuvieron. Entonces, el Poder Ejecutivo decidió mostrar todos sus cañones y el premier dijo que haría de la permanencia de la ministra de Educación en su cargo una cuestión de confianza. Y lo hizo.

El gabinete completo caminó hasta el edificio del Congreso desde Palacio de Gobierno, en uno de los actos más bizarros que me ha tocado ver en una pantalla. Sonrientes, los ministros caminaban hacia el cadalso saludando los vítores de gente que no estaba. Porque estaba almorzando, o viendo una novela, o algo; cualquier cosa. Luego, el premier dio un discurso que duró menos de lo que duró la caminata solemne y se dejó el tema a votación. Fueron todos choteados.

El fujimorismo volvió a mostrar que la primera línea de su pensamiento político es el berrinche y la pataleta, y que seguirá ejerciendo una oposición adolescente. El oficialismo se esforzó para jugar, mejor que nunca, su rol de gacela herida en el medio de la sabana africana y fue a pedirle un voto de confianza a una jauría de hienas. “El presidente se ha puesto los pantalones”, dijeron algunos optimistas. Pocas horas después, el presidente dijo que no tanto, que naranjas.

Así nos agarra el sábado, con el Estado peruano dándonos un mensaje: el partido que fue elegido para gobernar no tiene la menor idea de qué está haciendo y ha decidido escuchar a las voces más afiebradas posibles. El partido que fue mayoritariamente elegido para legislar está dedicado a tiempo completo a no dejar que el primer grupo haga lo poco que ensaya.

¿De verdad? Uno de cada dos niños peruanos tiene anemia. ¿Qué tal si todos se ponen a trabajar?

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