(Foto: PCM)
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El gabinete Cateriano puede permitir enfrentar mejor la durísima crisis económica que el Perú vive y también hacer más claro y visible qué batallas políticas escoge. El Ejecutivo va a funcionar mejor, pero eso no va a contener las iniciativas populistas del Congreso.

A los economistas nos acostumbran a pensar en tendencias, quiebres, y análisis de qué hubiera pasado si todo seguía igual, pero eso es física cuántica para un elector. La gente percibe lo que vive y lo que siente: miedo, preocupación, hambre, pena, alegría, ilusión, compromiso, hartazgo, rabia, envidia, etc. Y para conectar con esas emociones, los políticos en campaña electoral ofrecen narrativas.

Faltan casi nueve meses para la primera vuelta, y esos guiones ya se están gestando. ¿Qué interpretaciones de la crisis conectarán con los electores para narrarle quiénes son las víctimas, héroes y culpables de muertes, 700 mil empleos formales menos y 10 puntos más de pobreza que tendremos? ¿Cuál va a ser la historia que va a convencer o ilusionar a la mayoría?

La izquierda ha hecho pública su narrativa desde hace tiempo. Plantean que la culpa la tiene el modelo económico neoliberal impuesto desde el fujimorismo y que las grandes empresas buscaron minimizar el rol del Estado. Señalan como cómplices a los tecnócratas que permitieron que ese modelo se mantuviera en líneas generales durante sucesivos gobiernos, que han demostrado tener casos de corrupción, en relación con grandes empresas. Los héroes son los trabajadores de todo tipo que han luchado contra todo para poder salir adelante, a pesar de corruptos y privilegiados. Dicen que se necesita cambiarlo todo de raíz y que una nueva Constitución es necesaria para empezar de nuevo, sin aclarar cómo.

Quienes creemos que el modelo económico en lo esencial nos ha permitido salir, peldaño por peldaño, del desastre en que nos dejó la hiperinflación por políticas estatistas, culpamos a los políticos de no haber tenido la valentía para hacer reformas que estaban identificadas hace tiempo. Argumentamos que el modelo económico es lo que nos dio recursos para enfrentar esta crisis, y que hoy el Estado gasta mucho más que antes, pero mal, como se prueba cada semana en los noticieros. Yo creo que es una historia cierta, pero no es fácil de contar.

Están también los que no buscan consistencia ni profundidad de la historia, solo la conexión con el sentimiento de exclusión y miedo que tendrán los más afectados por la crisis, echando la culpa a quien convenga, con lo que más prenda. El combo de lo que sirva como estructura.

En esa competencia de historias las palabras empleo, salud (vacuna), educación y corrupción se repetirán varias veces. ¿Cómo cuentas tú la historia?

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