[Opinión] Mariana Alegre: El transporte pendiente (Foto: Julio Reaño/@Photo.gec)
[Opinión] Mariana Alegre: El transporte pendiente (Foto: Julio Reaño/@Photo.gec)

Esta semana se anunció el incremento del pasaje en los buses de los corredores complementarios. La Asociación de Concesionarios del Transporte Urbano indicó que los motivos son, por un lado, el incremento de los precios del combustible y, por otro lado, la competencia con el transporte informal. Esto, por supuesto, castiga al más débil: el pasajero.

Sin embargo, es cierto que la operación de los sistemas de transporte formales se encuentra cada vez más presionada y parecen pocos los esfuerzos que se hacen por sostenerla. Lamentablemente, nuestro país no le da la importancia suficiente al transporte público y permite que la competencia informal termine de aniquilarlo.

A pesar de los esfuerzos e incluso algunas mejoras como la incorporación de un servicio nocturno, el servicio en los sistemas de transporte público formales se ha deteriorado considerablemente. Ni el Metro de Lima ni el Metropolitano ni los corredores complementarios satisfacen las necesidades del servicio adecuadamente. Las largas colas y esperas son cada vez más constantes, la suciedad en las estaciones y alrededores es cada vez mayor, la sensación de inseguridad continúa en aumento. Sí, la pandemia trajo consecuencias, pero estos servicios no han podido remontarlas y aún no logran siquiera llegar al nivel de servicio previo a ella.

Es más, la precariedad del servicio incluso ha generado incidentes terribles como el del supervisor que murió de un paro cardiaco en una estación del Metropolitano, al habérsele negado el permiso para retirarse de su puesto. ¡Terrible!

Mientras tanto, en la capital se está terminando el Óvalo Monitor, que, como sabemos, tiene por objetivo “disminuir el tráfico” para beneficiar a los conductores de vehículos particulares (cosa que tampoco logrará cumplir). Además, en el puerto chalaco se planea construir una vía elevada que techará casi 4 kilómetros de una avenida destruyendo árboles, disminuyendo el valor del suelo y destruyendo la calidad de vida (como bien indican desde el colectivo Soñadores Urbanos).

La suma de obras proautos, el desinterés por el transporte público y la poca importancia que se le da a la vida de pasajeros, conductores y operadores del sistema trae consigo las consecuencias que vivimos a diario en una ciudad caótica y que nos mata cada día.