(GEC)
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Si hay algo que los memoriosos recuerdan de la década del 80 con inocultable amargura y angustia, es cuando, por obra y gracia de medidas gubernamentales demagógicas, el pan, entre otros productos básicos, llegó a ausentarse de la mesa familiar de los peruanos.

Fue durante el primer gobierno de Alan García Pérez (1985-1990) cuando la industria panadera nacional se vio severamente golpeada por el control de importaciones y precios, que formaba parte de las políticas intervencionistas de aquel entonces.

Los recuerdos de Paul Pantoja, panadero, empresario y presidente de Aspan, publicados ayer en Perú21, son más que elocuentes. El panadero rememora el vía crucis que pasó la industria durante esos años, especialmente las panaderías de barrio, ante la imposibilidad de satisfacer la demanda de los vecinos y clientes, ya que los insumos para hornear pan siempre escaseaban y, al no alcanzar el stock necesario, se veían obligados a racionar su venta –a menudo con Policía al lado– a un máximo de cinco o seis unidades por persona.

Todo ello debido a la política de control de importaciones, instaurada desde el gobierno de Velasco, que restringía la importación de trigo –esencial para el pan– con la errada idea de privilegiar así lo que las industrias nacionales producían. Muchos recordarán incluso los discursos de García, quien, ante el masivo descontento por su escasez, intentaba minimizarla alegando que el pan provenía de un hábito alimenticio foráneo y que no debía ser parte de la mesa popular. Que se debía reemplazar por otros productos nativos.

Y vienen a cuento estas circunstancias vividas por el Perú de esos años pues encuentran un eco en el ya famoso “no habrá importaciones de lo que el pueblo produce”, anunciado por el candidato presidencial de Perú Libre, Pedro Castillo, en el debate del sábado, mantra que, variantes más, variantes menos, difunde en provincias y zonas rurales. Vendiendo un cuento cuyo amargo anunciado final los electores avisados e informados conocen perfectamente.

Pero como al parecer no todos están familiarizados con este escenario de racionamiento, escasez y desnutrición, no estaría de más echarle un vistazo ya no a la actualidad venezolana, bajo el yugo de estas políticas, sino a la historia reciente del Perú para no repetirla en estos tiempos.