El cerebro del hombre maduraría tres años antes que el de la mujer según estudio. (Getty)
El cerebro del hombre maduraría tres años antes que el de la mujer según estudio. (Getty)

Cualquiera de las cosas locas que puedo hacer, desde asesinar hasta ser asesinado, incluyendo morir por mis propias manos; pero también optar por alguna moda radicalmente desagradable para el resto, participar en la próxima campaña en aras o en contra de cualquier cosa, sacrificar mi tiempo por los discriminados de esta tierra o ingresar en alguna secta; o alterar los destinos de alguna disciplina con ideas geniales, están marcadas por la trascendencia, por fuerzas que inevitablemente convergen en mí. Tienen, además, como audiencia el mundo; no, más allá, el universo.

¿Estamos ante las afirmaciones emanadas de un ego desorbitante o delirios de grandeza en medio de un cuadro psicótico? Podría ser, pero, llevado al extremo, con la exageración que permite explicar algo, es lo que podríamos llamar un cerebro funcionando en modo adolescente.

Aunque tendemos a ver ese periodo de la vida como un fenómeno sociológico y cultural, es un momento en el que el individuo puede entender las más intrincadas profundidades matemáticas, científicas o artísticas, pero le cuesta regular los afectos, domar los impulsos y poner las cosas en un contexto de largo plazo.

De todo lo último está a cargo la corteza frontal, la más reciente estructura de nuestro sistema nervioso, que termina de consolidarse en la primera mitad de la tercera década: hay entre seis y ocho años en los que una capacidad intelectual adulta produce ideas que llevan a acciones que compiten en un mercado absolutamente libre, desregulado.

Puro coeficiente intelectual con poco coeficiente socioemocional. Afectos muy intensos, gritones y turbulentos, hacia arriba y hacia abajo, que no son atemperados ni acolchonados por el filtro cortical que pone las cosas en su contexto, especialmente cuando se trata de riesgos.

¿A mí?, ni hablar, las tragedias solo les pasa a los otros y si se trata de algo novedoso, ninguna advertencia me va a detener.

Tema apasionante. Seguiremos con él en las próximas entregas.

TAGS RELACIONADOS