El Johan Cruyff Arena está en óptimas condiciones para albergar la semifinal de la Champions League. (Foto: Champions League)
El Johan Cruyff Arena está en óptimas condiciones para albergar la semifinal de la Champions League. (Foto: Champions League)

A un minuto de la final en Madrid estaba el Ajax, pero Lucas Moura, con su zurda mágica, tenía otros planes y completó su hat-trick. Selló la final inglesa. Fútbol, dinámica de lo impensado, decía Dante Panzeri, nunca tan certero. El primer tiempo del Ajax fue sublime, 2-0 arriba jugando como ellos querían. A su ritmo, velocidad, con toda la frescura de un grupo de chicos brillantes. En el segundo tiempo, apareció el plan B famoso, de un señor DT como Pochettino, que, sumado a la claridad y paciencia de Eriksen, permitió la hazaña. El Ajax también puso de su parte, nervioso en defensa, ineficaz e impreciso.

Lo del martes fue distinto pero igual de épico. Ausentes Salah y Firmino, Klopp perdía talento, pero apostó por el músculo y la convicción.

Aparecieron los héroes inesperados. Primero el 27 (ojo con ese número) Origi y luego Wijnaldum. Ahí se vio un Barcelona frágil e incómodo desde lo anímico, físico y táctico. Al frente tuvo un rival avasallador. Lo del Liverpool fue a lo Klopp, imparable. El cuarto gol fue un retrato del partido, unos atentos al detalle, los otros distraídos y desconcertados.

Nos espera una final muy inglesa. Va a ser difícil olvidar el nivel de emoción al que nos llevaron estas semifinales. Incertidumbre en el resultado, remontadas alucinantes, cambios en estrategia y estados de ánimo. El fútbol en estado puro. Klopp y Pochettino, dos señores entrenadores que irán por la final en Madrid. Que estén a la altura de la mejor Champions de todos los tiempos.

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