La devastación que dejará el COVID-19 es todavía difícil de calcular. No es un secreto para nadie que la recuperación económica del país y del mundo, una vez superada la crisis sanitaria desencadenada por la pandemia, no se producirá de la noche a la mañana. Vendrán días muy difíciles que se harán largos y que generarán incertidumbre, impaciencia y dolor. El Estado, entonces, tiene la obligación de tomar las riendas de un proceso de rescate con el que todas las fuerzas productivas y agentes económicos de la nación tendrán que comprometerse.

Ayer, el presidente Martín Vizcarra anunció el lanzamiento del programa Reactiva Perú, con un primer paquete de medidas que incluyen garantías de crédito por 30,000 millones de soles, próximo a ser oficializado con un decreto legislativo. El objetivo, según explicó luego la ministra de Economía, María Antonieta Alva, es “otorgar nuevos créditos que constituyan fondos de capital de trabajo para que, en corto plazo, las empresas puedan enfrentar obligaciones con sus trabajadores y proveedores”. Estos créditos se darían a tasas muy favorables, según detalló, ya que los fondos provendrán del Banco Central de Reserva.

El anuncio puede traer algo de calma para algunas empresas cuyos directivos andan sumidos en la preocupación que produce esta crisis respecto al futuro de sus trabajadores, ya que la producción en su mayor parte está parada como inevitable medida para frenar los efectos del coronavirus. Así, entendemos que el plan Reactiva Perú es un primer paso para que algunos de los sectores productivos comiencen a salir de estos días de oscuridad y temor. Sin embargo, lo anunciado hasta el momento por el Gobierno no resulta suficiente. Hay sectores que requieren mayores medidas de apoyo antes de que, en cuestión de semanas o en pocos meses, empecemos a ver despidos masivos y quiebras. Tal es el caso de la golpeada industria del turismo, que, a su vez, involucra a la gastronomía, que, de estar en pleno boom, hoy ha pasado a enfrentar una durísima situación. Y qué decir del arte, la educación, la cultura, el entretenimiento o el transporte aéreo.

Asimismo, no podemos dejar de mencionar el sector que nos compete: los medios de comunicación. Fundamentales en un sistema democrático, los medios en general y los diarios como Perú21 no podemos dejar de llegar a nuestros lectores. Ha quedado claro en esta crisis sanitaria cuán importante es el rol de la prensa en la difusión de información veraz a la ciudadanía y la fiscalización, una situación que diferentes gremios periodísticos del mundo han hecho notar a sus gobiernos. El Perú no es la excepción.

El Ejecutivo, y el presidente, en especial, no deben olvidar que esa luz al final del túnel que están señalando debemos verla los peruanos de toda condición.

TAGS RELACIONADOS