El problema de la inseguridad, sin embargo, no se va a resolver únicamente llevando a las Fuerzas Armadas a determinados puntos urbanos, como proclaman tantos alcaldes, sin siquiera haber revisado experiencias previas en otras latitudes (aparte de El Salvador), pues lo único que generará, como efecto inmediato, una aparatosa movilización militar es que los hampones se muden al distrito vecino o que regresen cuando el estado de emergencia termine, dado que estas medidas no pueden ser permanentes.