“Las personas son respetables y dignas cuando sus actuaciones favorecen principios de autenticidad o hacen testimonio de hechos o verdades”. (Foto: Andina)
“Las personas son respetables y dignas cuando sus actuaciones favorecen principios de autenticidad o hacen testimonio de hechos o verdades”. (Foto: Andina)

Las personas son respetables y dignas cuando sus actuaciones favorecen principios de autenticidad o hacen testimonio de hechos o verdades. Este es el caso de Defensores de la Inversión de la organización Lampadia. Vaya para ellos mi elogio a sus numerosos videos que satisfacen el interés de los ciudadanos que, con ansias, esperábamos que se adecentara el discurso y las ideas, así como se coparan, con éxito, las redes sociales y los canales N, RPP y Willax, que son donde, hasta el momento, han logrado transmitir sus ideas en el Perú.

En efecto, se ve más y se siente mejor cuando las personas defienden la inversión, la prosperidad, la Constitución, el Estado de derecho, el imperio de la ley, la competencia, los derechos, las libertades y las actividades cívicas de defensa de nuestro país y su república.

Todas ellas son acciones afirmativas de los valores contenidos en el corazón y alma de muchas personas, así como en códigos de ética y conducta de muchas empresas. Ese es el éxito de Defensores de la Inversión: tocar su amor y el nuestro por el Perú.

Algunos de sus testimonios dicen: “El Perú creció y al mismo tiempo redujo la pobreza y la desigualdad. Entre 2001 y 2019 el ingreso del 10% más pobre aumentó en promedio 6.2% anual” y “233% en 20 años”. Y tienen ideas necesarias como la “Cuarentena abierta” para habilitar espacios públicos y ampliar horarios para la atención de los consumidores en estos tiempos de pandemia, y muchas más.

En fin, vienen entregándose de la cabeza a los pies y merecen todo nuestro apoyo. Ellos nos dicen: “Únete tú también a Defensores de la Inversión”. Y yo invito a decir: “Me quito el sombrero por ustedes y soy, hasta el tuétano, uno de sus defensores”.


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