La Administración Trump aplicó una nueva ronda de aranceles, algunos vigentes desde el 1 de agosto. En general, el arancel base del 10% se mantiene, pero se aplica una tasa de 15% a muchos países y otros enfrentarán tasas más severas, como Brasil (50%) y Suiza (39%). En algunos casos las nuevas tasas entrarán en vigor el 7 de agosto, lo que da una semana más para llegar a un acuerdo de última hora.
El arancel promedio de Estados Unidos era de poco menos del 13% antes de los últimos anuncios, y con ellos se eleva a 15.5%, según nuestros cálculos. La economía de EE.UU. ha mostrado resiliencia con un ritmo de expansión de 3% en el segundo trimestre, ventas retail acelerando al 4% anual y un poder adquisitivo superior a la inflación. Sin embargo, también hay signos de desaceleración, como el bajo crecimiento de la producción industrial y la reciente debilidad del mercado laboral, que apuntan a un escenario de aterrizaje suave, como estaba inicialmente previsto. Los aranceles podrían desacelerar el consumo (de 2.8% en 2024 a 1.2% este año) y ejercerán alguna presión sobre precios, manteniendo la inflación cercana al 3% en EE.UU.
La pausa arancelaria entre el 9 de abril y el 1 de agosto permitió una importante recuperación del mercado de acciones. El índice S&P500 subió 15%, alcanzó un récord al aproximarse a los 6,400 puntos, validando su tendencia alcista. Los resultados corporativos del segundo trimestre vienen sólidos, un 70% mejor a lo esperado, ratio cercana a la media histórica.
El mercado de bonos también mostró un desempeño favorable en ese lapso, principalmente en el tramo entre 1 y 5 años, con menores rendimientos exigidos por los inversionistas y, por tanto, mayores precios, lo que mejoró la valorización de los portafolios de renta fija. Fue un periodo volátil, con eventos como el downgrade, realizado por Moody’s (16 de mayo), y las consiguientes preocupaciones por la situación fiscal de EE.UU., así como por las tensiones entre Trump y Jerome Powell —presidente de la Reserva Federal (Fed)—, que no cedió a las presiones por recortar la tasa de interés. La disidencia moderada de dos gobernadores del Fed en la última reunión de julio no fue inesperada, pero es inusual y podría presagiar, junto con los recientes datos débiles de la economía de EE.UU., la posibilidad que la Fed retome su ciclo de flexibilización monetaria a partir de septiembre, aunque ello aún no es concluyente.
Los acuerdos comerciales aliviaron parte de la prima de riesgo del dólar, pero los desafíos fundamentales (fiscales y monetarios) siguen siendo significativos.