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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Señora, sí, usted que va a llegar tarde a su trabajo. A la que le descuentan si llega tarde. Señora, déjeme decirle que, a pesar de usted y sus actitudes, nosotros haremos de Lima una gran ciudad. Una ciudad en la que provoque vivir, una ciudad que sea amable y que nos saque más sonrisas que tristezas. A pesar de usted y la cultura combi, somos muchos los que queremos una ciudad que sea digna para movilizarnos y segura para que no nos atropelle un bus azul mientras montamos bicicleta por la ciclovía. A pesar de usted y los que matan por una estúpida mochila, somos más los que queremos vivir en paz y sin miedo. Y, aunque podrán matarnos a unos, no podrán hacerlo con todos.

Así que espero que le quede claro que somos muchos los que creemos que vivir en sociedad es importante y que nuestra comunidad es valiosa y que nuestros intereses individuales no son los únicos.

Por eso, somos muchos los que estamos dispuestos a ceder, a comprender que, cuando hay un accidente de tránsito, este podría afectarnos a pesar de que nosotros no hayamos estado involucrados. Somos más los que sentimos empatía y pensamos en las víctimas del accidente, rogamos que no haya muerto nadie y reconocemos que el tráfico generado es un inconveniente, pero es una señal de que nosotros no fuimos los accidentados. Eso es tener compasión.

En cambio, usted y el resto de pasajeros de ese infame bus azul que insistieron en que el conductor debía avanzar cueste lo que cueste y sin importar nada ni nadie más lograron convertirse en símbolo de vergüenza.

Nos dieron, en bandeja, la imagen del peruano que no queremos tener, ese remedo de ciudadano que solo exige sin dar nada a cambio; que quiere que el serenazgo patrulle su calle, pero se niega a pagar sus impuestos; que le molesta el ruido que hace el vecino, pero organiza fiestas a todo volumen; que se cree mejor y más importante, pero, en realidad, no es nadie.

Las personas que dejan huella en su entorno son aquellas que dan mucho por los demás, no aquellas que quitan. Sin embargo, señora que va a llegar tarde a su trabajo, igual le digo gracias, gracias a su descomunal egoísmo por enseñarnos lo que no queremos ser.

Estoy segura de que aprenderemos de su mal comportamiento y lo usaremos como ejemplo para que nuestros niños y niñas no crezcan y se conviertan en personas como usted.