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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Hace quince días, en una carretera de Cajamarca, murieron en un accidente de tránsito seis personas, una de ellas estaba a punto de nacer en la ambulancia que los llevaba de emergencia al hospital regional para que su madre diera a luz. No solo murieron bebé y mamá, también el padre y la abuela. ¿Por qué el que pudo ser el día más feliz de la vida de una familia se convirtió en el peor de todos?

Sandra Rodríguez es la sobrina de otro de los fallecidos, el obstetra Manuel Castañeda, y ella tuvo el coraje –en medio de la tragedia que vivían– de reclamar claramente algunos temas que pasan desapercibidos cuando se discuten y cubren las cotidianas noticias sobre accidentes de tránsito en el país. Primero, reclamó con justicia la flexibilidad en el control de las normas de seguridad a lo que se le suma la débil o, en muchos casos, inexistente imposición de sanciones a las infracciones de tránsito. ¿Recuerdan cómo hace pocos meses el Ministerio de Transportes retrocedió cobardemente cuando instaló medidas de fiscalización electrónica en la ciudad de Lima? Las cámaras fueron reclamadas como poco justas por los conductores que pedían a gritos (incluso organizados en una página en Facebook) que no se viole su derecho a ir a toda velocidad –incluso en zonas con límites máximos– a menos que "se les avise".

Otro de los temas que Sandra reclama, con mucha razón, tiene que ver con el enfoque con el que se diseñan las ciudades del país y la forma en la que se planifica el transporte. Lo que ella exige es que se deje de priorizar al auto de una buena vez y se diseñen las pistas y carreteras del país pensando en la seguridad de las personas. No es posible que nuestro país sea campeón en la muerte de niños y adolescentes en accidentes de tránsito y le apuesto a usted que lee esto que conoce a alguien cercano que ha estado involucrado en un accidente. Es hora de decir basta a la inseguridad vial. Es hora de cambiar el foco y diseñar las ciudades pensando en la gente. Es hora de establecer sanciones para las empresas cuyos diseños viales matan a nuestros compatriotas.

En estas elecciones ningún candidato propone soluciones para reducir las muertes en las carreteras. En Sao Paulo, con una sola medida lograron más de un 30% de reducción de accidentes con consecuencias mortales: simplemente disminuyeron la velocidad a 50 km por hora. ¿Acaso aquí alguien se atreverá a proponerlo? O como bien dice Sandra, ¿les bastará con decir "lo siento" a las familias de las víctimas y, para variar, no harán nada por salvarnos?