notitle
notitle

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Hace unas semanas nos escribieron a Lima Cómo Vamos alertándonos del estado del Morro Solar, el deterioro de la zona protegida y el agresivo crecimiento de la urbanización informal en dicha área. Cabe señalar que el Morro Solar es Patrimonio Cultural de la Nación desde 1986 por ser el lugar donde ocurrió la Batalla de San Juan y Chorrillos durante la Guerra del Pacífico.

Además de ser un hito en nuestra historia, el Morro también posee un valor arqueológico importante pues en sus faldas se ubica el sitio arqueológico Armatambo, asentamiento urbano de la cultura Ichma (900-1460 d.C.) que posteriormente fue ocupado por los Incas (1460-1532 d.C.) como un importante centro administrativo. Adicionalmente, el Morro Solar posee una vista privilegiada a la bahía de Lima y al océano Pacífico, lo cual lo ha convertido en un espacio natural que es aprovechado por deportistas y visitantes que acuden a pasar el día, visitar la playa, recorrer la zona histórica o quizá ir al planetario.

Lamentablemente, el enorme potencial del Morro Solar se ve menguado porque carece de una apropiada gestión como espacio público y por una nula fiscalización sobre lo que pasa en su territorio. Además de haber sido agredido con la colocación inconsulta de un Cristo construido con dinero corrupto, el morro es aprovechado por delincuentes para desvalijar a ciclistas y visitantes mientras se va llenando de basura y malos olores.

Para colmo, la expansión urbana bajo la forma de invasiones y construcción informal se ha disparado y ya ha alcanzado el borde de la vía de acceso. En este momento, se puede observar cómo ya se está preparando el terreno en la zona superior para alojar más viviendas informales, que carecerán de seguridad en su construcción y que irán comiéndose el morro solar mientras la ciudad entera voltea la cara para no darse por enterada.

Es así que pretendemos llamar la atención para que el Morro Solar sea recuperado y aprovechado en todo su potencial, convirtiéndolo en un referente de nuestra ciudad, no solo por su geografía sino por la capacidad de ofrecer a todos los limeños un espacio de recreación y de diversión en un entorno histórico y cultural.

Estamos tan acostumbrados a desperdiciar nuestros recursos y potencialidades urbanas que no nos estamos dando cuenta de lo que estamos próximos a perder: un espacio público de carácter metropolitano con un enorme potencial para generar economía local. Una lástima, pues parece que Lima sigue sin aprender.