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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Hace un tiempo leí las investigaciones de Walt Whyte sobre el espacio público. El autor americano se enfoca en las distintas características que hacen a una ciudad vivible y atractiva para los ciudadanos. Según el autor, atraer a las personas hacia la vida pública es bastante fácil. Lamentablemente, las autoridades suelen encargarse de hacerlo difícil. Además, Whyte enfatiza su análisis en aquellas personas a las que no se quiere ver en los espacios públicos, a quienes llama "los indeseables".

Estas personas no deseadas son las que, con su presencia, pervertirían el espacio de la ciudad, distorsionándolo, afeando el paisaje y dando una señal de inseguridad. Para Whyte, el indeseable es la persona sin hogar, que se asienta en la calle con sus muchas o pocas cosas. Pero también lo es el drogadicto o alcohólico que deambula por las calles sin un destino definido. También lo son las personas con problemas de salud mental, de las que el resto de ciudadanos huye por una mezcla de prejuicios y falta de empatía. Y es que nadie quiere compartir una vereda con ellos, ni tampoco tomar el mismo bus o sentarse en la misma banca. A este grupo se les suma los vendedores ambulantes, adultos y niños a los que se persigue con mano dura.

Las autoridades encargan a sus serenos que los mantengan a raya. Algunos distritos, incluso, tienen la política de expulsarlos, las menos veces por las buenas, la mayoría por las malas. Se invierte dinero en hacer del espacio público un lugar excluyente, que no les permita sentarse cómodamente, y que ni se les ocurra echarse a dormir en un jardín… ¿Cuál debe ser la reacción ante "los indeseables"? ¿Basta acaso con enviarlos a otro lado para que algunos vecinos no los vean? ¿Es suficiente invisibilizarlos y hacer como si no existieran?

Cuánta responsabilidad se encuentra en el Estado cuando no puede ofrecer programas de salud mental apropiados.

Cuando no es capaz de ofrecer vivienda social o programas de vivienda de asistencia. Cuando la pobreza es tan ruin que te expulsa a la calle dejándote a tu suerte. "Los indeseables" son un síntoma de que la ciudad no solo no es para todos, sino que es excluyente y sumamente desigual.

¿Qué medidas se deben tomar para facilitarles la vida y ayudarlos a sobrellevar sus propias dificultades? No lo sé, pero lo que sí sé es que la reacción no puede ser la del rechazo ni la del olvido.