"Lima está en un punto de quiebre", dijo Alegre. (Jaime Rosales)
"Lima está en un punto de quiebre", dijo Alegre. (Jaime Rosales)

Redacción PERÚ21

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Hoy Lima cumple 482 años. En Perú21, gracias a Mariana Alegre, intentamos definir el momento por el que atraviesa nuestra querida ciudad y cómo, desde nuestros propios esfuerzos, podemos ayudar a mejorarla.

¿Cuál es el diagnóstico de Lima en este momento? ¿Es la ciudad que todos queremos? Lima está en un punto de quiebre. Tiene la posibilidad de transformarse y ser la ciudad que todos queremos –darnos calidad de vida, mejores oportunidades y hacernos felices– o puede continuar deteriorándose, seguir pronunciándose la desigualdad e ir perdiendo las condiciones de bien público que aún tenemos a costa del desprecio o la poca importancia que se les da a los espacios públicos de la ciudad y a la identidad que tenemos como ciudad, que es diversa, de encuentro y de culturas múltiples.

Si le hiciéramos una prueba, ¿Lima la pasaría aprobada?No pasaría aprobada la ciudad en la situación en la que se encuentra ahora, pero, como toda evaluación son indicadores para plantearnos preguntas, tenemos que ver qué podemos hacer. Hay que trabajar para que la próxima vez la nota mejore y finalmente saque 20.

¿Qué acciones se deben impulsar para que Lima se convierta en la ciudad que queremos y no continúe deteriorándose?La más importante tiene que ver con ofrecer transporte público de calidad. El transporte da oportunidades y reduce la pobreza porque acerca a la gente a los puestos de trabajo y, además, les da calidad de vida, porque pueden dedicarse a otras cosas, pueden estudiar, pueden llegar a su casa a ver televisión porque no estuvieron parados tres horas en el transporte. Otra cosa que es barata es preservar los espacios públicos. Es lo que hemos venido haciendo desde Lima Cómo Vamos (observatorio ciudadano que evalúa los cambios en Lima; Mariana Alegre es la coordinadora general) con el proyecto Ocupa Tu Calle. Y también hay políticas que no cuestan.

¿Como cuáles?Por ejemplo, ¿por qué seguimos prohibiendo el uso de los espacios públicos, por qué colocar los letreros de 'prohibido pisar el césped'? Lo que se quiere es que la gente esté ahí y la pase bien. Eso también hace una mejor ciudad. Otra cosa que tiene que impulsarse es ofrecer actividades recreacionales y culturales. Cosas tan simples como organizar partidos de fulbito, bailes para personas mayores. También es muy importante la gestión y calidad de la vivienda.

¿Existe una dicotomía en la asignación presupuestal por distritos en Lima que crea desigualdad?Sí, no tiene sentido cómo están distribuidos los recursos. Ahí tenemos un problema importante en términos de gobernanza. Porque uno nace en un distrito rico, donde la gente paga sus tributos, pues vas a tener más calidad de todo (servicios urbanos, espacios públicos, etcétera), mientras que si naciste en un distrito pobre, unos pocos pagan arbitrios y eso significa que tú tienes pocos servicios.

¿Esa desigualdad es la que hace que los ciudadanos pierdan identidad y no se identifiquen con Lima?Se tiene que trabajar en identidad, eso es básico. Uno se identifica con algo que te quiere y, si la ciudad lo único que hace es maltratarte, entonces no la quieres. Hay que trabajar fuerte en el tema de identidad y construcción de ciudadanía colectiva.

¿Cómo hacerlo?Brindando seguridad, oportunidades, etcétera. Hay que invertir en seguridad ciudadana, en disminuir la contaminación en el aire… Todas estas cosas tienen que articularse en un plan urbano, metropolitano, que implique una inversión ahora para lo que queremos en el futuro, que es una mejor calidad de vida.

¿Cómo ha sido la gestión municipal de Lima en los últimos años? La gestión actual tiene gestos sumamente contradictorios. Impulsa la movilidad sostenible con actividades vinculadas a la bicicleta, pero a la vez propone by-passes sin evaluar fórmulas alternativas.

¿Los ciudadanos también podemos hacer algo por nuestra ciudad? ¿Qué es?Está en los ciudadanos la posibilidad de cambiar la ciudad. Si nosotros les exigimos a las autoridades determinadas cosas, pues quizás fracasemos en los primeros intentos, pero luego la masa crítica y la intensidad de nuestras demandas van a hacer que finalmente escuchen.

¿Qué tan atrasados estamos en comparación con otras capitales de la región?Sumamente atrasados. Nosotros igual hemos llegado tarde en términos de ciudad al debate urbano. A los vecinos el tema de ciudad no les era relevante sino hasta hace poco.

¿Por qué llegamos tarde al debate urbano?Antes estábamos en una época de crisis económica en la que la agenda que estaba encima era la de derechos humanos, de corrupción, de fortalecimiento de la democracia. La agenda cotidiana en Lima tenía que ver más con estos problemas y no con los urbanos. Ese proceso se dio antes en otras ciudades. Y todo esto va de la mano con el crecimiento económico. A mayor crecimiento, las personas resuelven sus necesidades básicas y pueden pensar en otros aspectos de su vida, como los parques y la calidad del aire.

Autoficha

  • "Estudié Derecho en la PUCP y un máster en Diseño de Ciudades en LSE (Reino Unido). Soy una amante de Lima y estoy convencida de que podemos tener una mejor ciudad si nos lo proponemos. Camino y monto bicicleta. Y tengo dos hijos pequeños, Lima –sí, por la ciudad– y Amadeo".
  • "Se tiene que lograr una gestión municipal que genere una continuación de políticas que se comenzaron antes. Ahí se puede pensar en un acuerdo por una Lima sostenible, una especie de compromiso que los candidatos y los partidos firmen".
  • "En el 2017 hemos continuado con esta efervescencia en relación a los espacios públicos y, aunque pueda sentirse una confrontación entre vecinos y autoridades, igual genera un efecto positivo, porque los temas de la calidad de los espacios públicos se ponen en la agenda".