"El ex presidente García jamás le solicitó un sol, un real, un dólar a la empresa Odebrecht o a Jorge Barata para su campaña", señaló Reyna. (Foto: GEC / Video: Canal N)
"El ex presidente García jamás le solicitó un sol, un real, un dólar a la empresa Odebrecht o a Jorge Barata para su campaña", señaló Reyna. (Foto: GEC / Video: Canal N)

El martirologio aprista siempre ha demandado personajes y situaciones que alimenten la mitología del partido. En sus primeros 50 años, las historias compartidas a media voz sobre persecuciones, exilios, lealtades, soplonería y catacumbas buscaban contrarrestar las noticias de bufalería en universidades y sindicatos, así como las de extorsiones, asesinatos y magnicidios que la prensa de entonces divulgaba.

De ahí nació el famoso “a más calumnias, más aprismo”, con el que el rumor de la plaza pública desafiaba las versiones oficiales y oficiosas de la política local. Luego del primer periodo de Alan García Pérez, no obstante, la narrativa tuvo que dar un giro, pues el misal partidario no alcanzaba para obviar las múltiples acusaciones de corrupción que saltaron, aparte, por supuesto, del descalabro económico en que quedó el país.

Como se sabe, García, en lugar de enfrentar las denuncias en los tribunales, prefirió esperar a que prescribiesen y recién entonces regresó al Perú. Con la trágica muerte del líder aprista, es comprensible que familiares y el círculo social inmediato lo recuerden con dolor y sobre todo en su faceta de esposo, padre o amigo fiel. Y si es inaceptable el oportunismo de quienes han querido colgarse de la situación para ganarse ‘alguito’, también resulta previsible la actitud de los huérfanos políticos que ha dejado, es decir, todo el partido aprista.

No de otra manera se puede explicar la cantinflesca manera en que Erasmo Reyna, abogado del difunto y militante PAP, le arrancó unas titubeantes declaraciones a Jorge Barata, en las que este afirma que Alan García no le pidió nunca nada.

Como si no se supiera que en estos tiempos una autoridad nacional de alto rango jamás iría personalmente a solicitar coimas o “donaciones”: para eso están los Maiman, los Yoshiyama, los Alva Castro. De la misma manera, los dineros ilícitos jamás irían a parar a cuentas de nombres tan notorios como los de un presidente o un expresidente, ya que ahora es prácticamente imposible ocultar cuentas bancarias en casi ningún país del mundo.

Lo alarmante del acoso de Erasmo Reyna a Jorge Barata es que antes que entrevista chicha para limpiar a su defendido y alentar la idea de un martirologio, sonó más bien a amenaza. Así que avisados estamos.