Mapa de la demagogia

La información del mapa de la pobreza monetaria en el Perú, actualizado al año 2018, que divulgó ayer el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), no podía ser menos indignante. 16 de los 20 distritos más pobres del Perú se ubican nada menos que en Cajamarca, paradójicamente, una región del país pródiga en liderazgos antimineros y manifiestamente contraria a las grandes inversiones que esta industria extractiva conlleva.

Tan ominosa ubicación en el ranking de la miseria en el Perú es resultado, en la realidad cruda y dura, de la demagogia y el populismo, que, aprovechándose de la ignorancia e indefensión de muchos pobladores, se oponen a las posibilidades de desarrollo que vienen con las exploraciones y explotaciones mineras a gran escala. Este es el último paradero de tanto discurso hueco, tanta movilización violenta y tanta campaña de desinformación, con las que medran solo políticos en busca de carrera y engrosar su patrimonio, muchos de los cuales, como se sabe, ya están en la cárcel, acusados de graves delitos de corrupción durante sus gestiones como autoridades de las zonas en conflicto.

La pobreza en los distritos cajamarquinos ubicados bajo ese umbral –dos de ellos señaladamente en el área de influencia de Conga– se mide por los altos índices de analfabetismo y educación, el escasísimo acceso a servicios básicos de luz, agua y desagüe, pese a que la abrumadora mayoría de sus habitantes trabaja en la agricultura desde los 14 años de edad. Este es el oscuro, vergonzoso paisaje que ofrece la región al cabo de años de rechazo a inversiones y emprendimientos que podrían haber cambiado su destino, si sus pobladores no se hubieran puesto en manos de personajes inescrupulosos que aún tienen por líderes y hasta como representantes en el Congreso de la República.

Y si a ello le sumamos un pésimo uso del canon minero –de los proyectos que sí se lograron poner en marcha– y de los recursos públicos, de las transferencias del gobierno central, como todo indica que está ocurriendo, el daño de la demagogia crece exponencialmente. Ese mapa es, pues, el retrato más fiel de la demagogia en el Perú.