Mando a distancia
Mando a distancia

Este jueves el Pleno del Congreso debe votar el dictamen que establece que el presidente de la República pueda despachar remotamente si viaja al exterior y se presenta la circunstancia de que no tiene vicepresidentes que lo reemplacen en esa eventualidad, como es el caso de la mandataria Dina Boluarte.

La ronda de conversaciones que llevó a cabo el premier Alberto Otárola parece haber dado frutos, pues no ha encontrado mayor oposición en los congresistas consultados, entre quienes se encuentra incluso representantes del Bloque Magisterial, una postura de madurez cívica, impensada hace unos meses de parte de ese grupo de legisladores.

La mayoría de ellos se mostró favorable a la idea debido a la importancia de que un jefe de Estado pueda estar presente en eventos internacionales que benefician al país. Más aún tratándose de coyunturas como la actual, con la imagen de la democracia peruana zarandeada continuamente en distintos foros del más alto nivel por la particular inquina de presidentes –o sus representantes– cuyos vínculos afectivos o ideológicos con el golpista Pedro Castillo son más que evidentes.

La excepción obvia sería si las circunstancias por las que en esos momentos estuviera pasando el Perú fueran extremas, ya que ni la acefalía ni un vacío de poder son recomendables en emergencias por desastres naturales o escalamiento de la conflictividad social o política al punto de poner en riesgo la gobernabilidad del país. Situaciones ciertamente excepcionales en las que el liderazgo presidencial es imprescindible.

Que en el actual Congreso se llegue a un consenso con un tema práctico como ese no es poca cosa y debe valorarse. El enfrentamiento ideológico no se puede trasladar al debate de los temas de Estado. Y de hecho, al margen de las opiniones de respetados constitucionalistas, que indican que ese cambio debió hacerse vía reforma constitucional y no solo con una modificación a la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, el objetivo de fondo es evitar que el Perú pierda presencia en foros mundiales importantes.

Dada la precariedad política que actualmente vive la ciudadanía, es muy probable que, si se le autoriza un viaje al exterior, la presidenta tenga que seguir despachando a distancia para poder mantener, como se dice, la casa en orden.