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Luis Davelouis: No es lo mismo, vecino
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"Que manden a las organizaciones de derechos humanos a defender a los terroristas de ISIS, a pedir indemnizaciones para ellos y a enjuiciar a los uniformados que abaten a esos mismos terroristas. También mandemos a García Sayán a pedir por las vidas de esos salvajes y por sus derechos carcelarios, que hagan CVR", dice el amigo de mi vecino Aldo Mariátegui.
Vecino, eso que dice su amigo no califica ni como cinismo ni como acidez, porque, desde el arranque, la comparación –salvo en eso de dar cobijo a los terrucos en Europa, con lo cual coincido plenamente– es llano maniqueísmo y estupidez.
El grueso trabajo de las organizaciones de defensa de derechos humanos en el Perú se centra en abogar por las personas que se vieron atrapadas en el fuego cruzado entre el terrorismo y las FF.AA. ¿Hay casos discutidos? Claro que sí. Los habrá siempre, pero eso no descalifica en absoluto todo el trabajo de cientos de personas que, como tú o como yo, perdieron familiares o amigos a manos de Sendero o, injustamente, a manos del Estado. Fujimori está preso por lo mismo que miles de terrucos y no lo juzgó Rocío Silva Santisteban ni García Sayán.
Uno de los principales retos que enfrentamos es el de reconocer que las opciones de los otros, cuando no se meten con la de uno, tienen exactamente la misma validez. En su casa, un musulmán se puede arrodillar 50 veces en donde le plazca a rezar mirando a la Meca, pero no en medio de la pista. Eso, para todos y para todo.
El segundo problema de la lógica de tu amigo, vecino, es que asume con absoluta certeza que el 100% de las víctimas del Estado fueron o son terroristas. No hay nadie a quién defender ni a quién reparar. Y eso, vecino, es como decir que el 100% de su familia es igual de idiota que él. Y no creo.
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