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Parte de la izquierda es reticente a votar por PPK porque, dice, este es y representa en esencia lo mismo que Keiko Fujimori. Esto es verdad pero solo relativamente y en lo concerniente a la política económica y, como explicaba Maritza Paredes en esahora.pe, el modelo ya ganó el 10 de abril y ahora toca pensar en otras cosas, acaso tan importantes como la economía, para mantener un mínimo de institucionalidad y vida en democracia. Una parte de la izquierda hace pataleta y llama al voto en blanco y otra parte duda porque el riesgo es grande. Y lo es.

Veamos. "La fuji nos va a pisar como a cucarachas de todos modos, el gringo también pero la anterior es tamaño Godzila y viene con su manchón de 71 congresistas y el segundo es más bien… tamaño ppkuy y tiene menos congresistas que yo".

La primera avaló y avala las violaciones sistemáticas de derechos humanos y latrocinios feroces del gobierno de su padre, cuando era primera dama, y llama errores a sus delitos. El segundo se escapó en una maletera cuando tenía 30 años y el chino Velasco lo quería meter preso por las huevas; negoció "mal" el gas de Camisea, le gusta la plata y entrega cartas de recomendación al portador. Pero, esto es importante, nunca mandó matar a nadie ni ha sido el cómplice silente de alguno que sí lo haya hecho. De Soto no puede decir lo mismo.

El riesgo de que el gringo se les voltee y/o se case con la Fujimori una vez en Palacio existe. Pero también existe el riesgo de que la izquierda se convierta en ese que, pudiendo apoyar el mal menor, cerró el pico y le dio la bienvenida al apocalipsis. Como cuando se jugaron con el chinito evangelista del tractor. No olvidar que decir "la izquierda ha renacido" es falaz.