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Luis Davelouis: Salir del clóset
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Ayer, la Comisión de Justicia y Derechos Humanos del Congreso, que preside el congresista Juan Carlos Eguren, aprobó el predictamen de la Unión Solidaria.
Según su principal propulsora, la congresista Martha Chávez, esta "no discrimina" pues funciona para cualquier par de personas independientemente de su opción sexual o, incluso, estado civil, pues la unión solidaria no constituiría ni involucraría cambio alguno en ese sentido. Es pues, "para todos" según sus proponentes, defensores y simpatizantes: Juan Carlos Eguren, Julio Rosas, y los abiertamente homofóbicos Martín Rivas y Rubén Condori.
La unión civil busca dar igualdad de derechos ante la ley a las personas del mismo sexo que quieren formar una familia a partir de un vínculo afectivo y de hecho que debería ser reconocido por el Estado y recogido en la ley.
¿Cuál es el problema si al final pueden heredarse entre ellos? Mi amigo Gio Infante lo explica: "El tema de fondo es la visibilidad de las personas LTGBI. Mientras la unión civil pretendía reconocer explícitamente a las parejas homosexuales como tales, la Unión Solidaria –y toda iniciativa similar– pretende no mencionar nuestra existencia, porque aquello que no se enuncia, no existe."
Esto es homofobia abierta. El mensaje es "no existen, sus uniones jamás serán reconocidas por el Estado como una familia, ni su amor y voluntad de convivir un lazo valedero. Ni existen ni deberían existir; después querrán adoptar niños amenazando a la verdadera familia y a la supervivencia de la especie (no sé si alguien puede creer eso con 7.5 mil millones de personas en el planeta y aumentando)."
Se comienza negando y se termina torturando, esterilizando y matando. Chávez lo sabe bien.
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