/getHTML/media/1238511
Lo último del paro de Transportistas
/getHTML/media/1238503
Rubén Vargas sobre inseguridad: "Se necesita inteligencia no estado de emergencia"
/getHTML/media/1238497
Gilmer Meza de Sutep Lima: "Ministro de Educación -Morgan Quero- debería de renunciar"
/getHTML/media/1238485
Alfonso Bustamante CONFIEP sobre inseguridad: "No hay liderazgo, hay ineficiencia"
/getHTML/media/1238306
Mariana Costa de Laboratoria habla sobre sus encuentros Obama y Zuckerberg en La del Estribo
/getHTML/media/1238304
Los mejores libros del siglo XXI según The New York Times | Biblioteca de Fuego
/getHTML/media/1238303
¿Cementos y fútbol femenino? Gabriel Barrio de Unacem en Marcas y Mercados
/getHTML/media/1238207
118 mujeres han sido víctimas de feminicidio en lo que va de 2024
/getHTML/media/1238198
Lo último: allanan la casa de 'Chibolín'
/getHTML/media/1237508
Hugo de Zela sobre viaje a EE.UU.: "Se intentó explicar al Congreso, pero Dina no quiso"
/getHTML/media/1237506
Abraham Levy: "Hay mucho desinterés sobre los incendios forestales"
/getHTML/media/1237484
Darío Sztajnszrajber, filósofo: "Aprendamos a vivir el amor también con sus sombras"
PUBLICIDAD

Luis Davelouis: Menos peor

“Cuando el contrato de concesión está mal diseñado se generan costos de oportunidad altísimos de los que nadie nunca habla porque es muy fácil bajarle el pantalón al Estado”.

Imagen
Fecha Actualización
uena bien que el presidente Kuczynski o sus ministros digan que van a destrabar las inversiones. ¿Quién puede estar en desacuerdo si se trata, sobre todo, de inversión en infraestructura, en la que tenemos una brecha gigantesca por cerrar? ¿Quién, cuando estas inversiones crean cientos –cuando no miles– de empleos temporales y permanentes, mejoran la calidad de vida de la gente, impulsan la demanda interna y elevan los ingresos del Estado?

Esto, claro, si por "destrabar" entendemos que las partes se sientan de buena fe a estudiar el caso para superar las trabas. Y aquí la buena fe es clave: si quisiste hacerme trampa con leguleyadas, no lo arreglamos con adendas, se resuelve el contrato y te demando. Porque no se renegocian condiciones con el que se quiso pasar de "vivo", no se normaliza la mala fe llamándola "criollada". A veces se espera que el Estado –adendas de por medio– se ponga la mano en el pecho, se meta la otra en el bolsillo y se deje apabullar. Solo en el sector Transportes, las adendas le costaron al Estado unos S/3,000 millones. El Fondo para el Financiamiento de Proyectos de Inversión Pública en Agua y Saneamiento, que beneficiará de manera definitiva y sostenida a decenas de miles de peruanos, costó S/2,000 millones.

Cuando el contrato de concesión está mal diseñado –como en Chinchero– se generan costos de oportunidad altísimos de los que nadie nunca habla porque es muy fácil bajarle el pantalón al Estado. Por eso, quienes negocian adendas deberían tener en la pared de la oficina una lista con los proyectos de inversión en servicios básicos –que no tienen muchísimas familias–, su costo y la foto de esos niños que no tienen agua, luz, colegio, saneamiento o centro de salud.

A ver si así cuidan mejor la plata del Estado.